El Coordinador del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica, Matías Alonso, ha respondido recriminando al Arzobispo de Valencia su “falta de piedad y misericordia cristiana hacia un enorme colectivo al que durante décadas se le viene negando la paz del perdón y la reconciliación con actitudes y expresiones siempre en defensa del mismo bando”.
Para Alonso, “tales palabras ofenden y escandalizan a personas necesitadas de una mano amiga que les ayude a poder cerrar su duelo. Al contrario de lo que expresa el Arzobispo de Valencia, las heridas ni están cerradas ni curadas. Decenas de miles de ancianos las tienen aún abiertas y sus palabras vierten sobre ellas aún más sal en lugar de bálsamo. Muy al contrario de lo que él dice, cuando actúa la Memoria Histórica entregándoles los restos de sus seres queridos es cuando logramos cerrar antiguas heridas… nunca escuchamos expresiones de odio y venganza sino de auténtica paz espiritual” continúa el Coordinador del GRMH.
“Recomiendo al Cardenal Cañizares un poco más de humildad y empatía. Le ruego un esfuerzo de diálogo y comprensión hacia TODAS las ovejas de su rebaño. Es una enorme crueldad que considere cerradas todas las heridas, una ofensa hacia miles y miles de personas que aún tienen a sus seres queridos tirados como animales por cunetas y barrancos de toda España” ha indicado Alonso.
El Coordinador ha hecho un “llamamiento a la concordia y reconciliación, abandonando el apoyo a los exponentes del odio y de la venganza cuyos símbolos están aún presentes en su Catedral. Es una enorme crueldad acusar a la Memoria Histórica mientras se dicen misas a Franco y se admira a quienes vivieron y murieron odiando en esta misma ciudad. Cuando el Cardenal retire las svásticas de la entrada a su Catedral, quizá entonces sus razonamientos podrían ser tenidos como realmente imparciales.
Alonso ha concluido recordando “a todos, también a Cañizares, que el pasado 18 de julio hizo 80 años de un hecho ignorado: ese día el Presidente legítimo de España, Don Manuel Azaña, pronunció uno de los discursos más bellos en nuestra Historia, el que consagró las tres “P”, la de la Paz, la Piedad y el Perdón para todos los españoles cuando llegase el fin de la guerra, mientras al otro lado se oían los rugidos de la bestia sedienta de sangre, violencia y afanes imperiales en otro discurso que intentaba competir con él. Hace 80 años de aquella lucha radiofónica, pero su lección sigue ahí, inalterable… recomiendo escuchar o leer aquellos dos discursos antes de lanzar expresiones como la del Cardenal Cañizares”.
“Si no tienen bastante, escuchen o lean lo que lanzaba a las ondas el mismo Queipo de Llano que sigue enterrado a los pies de la Macarena”. Alonso ha recriminado así las palabras que ayer pronunció el Arzobispo de Valencia presentando la Memoria Histórica como “elemento de división que abre heridas que ya estaban curadas”.
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