Nuevo proceso judicial contra Lula, y van seis

Así lo ha hecho saber el juez Moro, impulsor de la gran investigación contra la corrupción en Brasil, que no da tregua al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quién tres semanas después de condenarle a nueve años de cárcel por corrupción y blanqueo de dinero, le ha abierto un nuevo proceso, el sexto que acumula ya el emblemático líder de la izquierda brasileña. Los cargos son similares a aquellos otros por los que ha sido condenado. Moro, que le consideró culpable de recibir un apartamento en la playa, ha aceptado ahora la denuncia de la Fiscalía, en la que se acusa al ex presidente de haber obtenido además una casa de campo a las afueras de São Paulo.

Según la Fiscalía sostiene en su denuncia, las constructoras Odebrecht, OAS y Schahin gastaron 1,02 millones de reales (unos 275.000 dólares) en la reforma de una casa de campo en la ciudad de Atibaia a cambio de contratos con la petrolera pública Petrobras. Sin embargo aunque el inmueble es frecuentado por el ex presidente y sus familiares, está a nombre de dos empresarios, ello ha hecho sospechar a la fiscalía que sea Lula el "propietario de hecho".

Lula lo niega a través de Cristiano Zanin Martins y tacha la decisión de "un atentado más contra el Estado de Derecho y de persecución política" y acusa a Moro de "aceptar una denuncia estrafalaria contra Lula solo en razón del cargo de presidente de la República por él ocupado". Según el abogado Cristiano Zanin Martins, la denuncia se "refiere a contratos firmados por Petrobras con contratistas que el propio juez ya reconoció en otra sentencia, contratos que no generaron ningún beneficio en favor de Lula".

En su decisión Moro apunta "que las pruebas recogidas por la Fiscalía y por la Policía permiten asegurar el ex presidente se comportaba como propietario de la casa de campo y que las constructoras implicadas en la corrupción de Petrobras costearon diversas reformas del inmueble para favorecer al líder del Partido de los Trabajadores". Además de Lula, han sido imputadas otra docena de ejecutivos de las constructoras, el propietario legal de la casa y uno de los abogados del ex presidente. Recordemos que fueron antiguos ejecutivos de Odebrecht, los que en su día relataron que la fallecida esposa de Lula, María Leticia, les pidió en 2010 que le ayudasen a terminar una reforma en esa casa de campo para dar "una sorpresa" al ex presidente en su cumpleaños, señalando que la vivienda no estaba puesta a nombre de Lula sino de un ex alcalde de su partido.

La decisión judicial ha sido calificada por el Partido de los Trabajadores como una persecución política instrumentalizada por algunos jueces, más si cabe después de que un día antes de la nueva imputación, la Cámara de los Diputados de Brasil votase si autoriza el procesamiento del presidente de la República, Michel Temer, a quien el Fiscal General ha denunciado por corrupción. Para el PT, esa coincidencia temporal es la prueba.