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Ladrón y llorón, llevan acento
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Ladrón y llorón, llevan acento

jueves 11 de enero de 2018, 14:28h
Cuenta el periodista Alejandro Requeijo como fue el momento en el que Ignacio González pidió declarar de manera voluntaria ante el juez.

El expresidente madrileño, llevaba tres meses preso, poco tiempo para tanto como había delinquido presuntamente. Se derrumbó durante su declaración voluntaria en la Audiencia Nacional cuando habló de su familia.

Fueél quién pidió declarar voluntariamente ante el juez del caso Lezo. Quería dar explicaciones sobre el rosario de acusaciones que pesaban sobre él. Así el expresidente de la Comunidad de Madrid llevaba cerca de 50 minutos contestando a las preguntas de su abogada cuando de pronto se derrumbó y rompió a llorar. Así consta en el audio de su declaración . Fue exactamente cuando relataba su situación en prisión y citó el impacto que esto estaba generando en él y su familia.

Ignacio González había solicitado declarar voluntariamente ante el juez del caso Lezo para dar explicaciones sobre el rosario de acusaciones que pesan sobre él en la investigación. El expresidente de la Comunidad de Madrid llevaba cerca de 50 minutos contestando a las preguntas de su abogada cuando de pronto se derrumbó y rompió a llorar. Así consta en el audio de su declaración a la que ha tenido acceso Vozpópuli. Fue exactamente cuando relataba su situación en prisión y citó el impacto que esto estaba generando en él y su familia.

Son algo más de cinco minutos en los que el ex mandatario regional tiene que interrumpir su relato embargado por la emoción y las lágrimas. La situación obligó al juez a pedirle en varias ocasiones que se tranquilizara. “Cuando solamente puedes ver a tu familia, lo que más quieres, que son tu mujer y tus hijos, 40 minutos a la semana a través de un cristal… perdón…”, balbuceó González antes de derrumbarse por primera vez. El episodio tuvo lugar el pasado mes de julio y este diario ya informó que el presunto cabecilla de la trama había roto a llorar en el Juzgado de la Audiencia Nacional hasta donde fue trasladado desde la cárcel madrileña de Soto de Real.

Ahora, en el audio de su declaración, se puede escuchar cómo González narra su “absoluto sufrimiento personal” y denuncia que el mero hecho de ser un personaje público le ha supuesto una condena de antemano en los medios de comunicación. Pero sus momentos de mayor debilidad se dieron cuando se refería a su familia a la que esta situación le estaba generando un “destrozo”. “Es muy duro cuando uno tiene que fingir una fortaleza que no tiene para que tu familia no te vea…”, añade antes de romper a llorar de nuevo. Impedido para poder seguir hablando, el interrogatorio se detuvo durante varios segundos.

El expresidente de la Comunidad de Madrid se volvió a emocionar cuando recordó que su hija tuvo que suspender su boda porque él estaba preso o cuando habló de sus padres, que “ya son nonagenarios, que no tienen capacidad de moverse y que no pueden ver, no pueden oír y que lo único que piensas es que se van a morir sin verte”. En uno de los momentos en los que se tuvo que interrumpir la declaración, el juez del caso le llegó a asegurar que no le iba a mantener en prisión “ni un minuto más de lo que sea necesario”. González llevaba entonces algo más de tres meses en la cárcel y no quedó en libertad provisional hasta cuatro meses después. En noviembre abandonó la cárcel tras abonar 400.000 euros de fianza.

Recuperó la libertad visiblemente más delgado. El exmandatario explicó al juez que, lejos de los presuntos privilegios que publicaron los medios, pasaba los días realizando todas las actividades físicas que le permitían en busca del agotamiento físico que le provocaba a su vez un agotamiento mental. De ese modo lograba, dijo, no pensar en nada. De esta forma trató de convencer al juez de que le dejase en libertad. Le aseguró que no tiene dinero fuera, ni cuentas en el extranjero. “Hay muchas personas que si las tienen y tienen la suerte de estar en libertad, incluso tienen la residencia fuera de España”, añadió.

“Yo no voy a ir a ningún sitio, señoría, porque todo está aquí, pero es que además está lo único que me interesa, que me importa de verdad que es mi familia, mi mujer, mis hijos, mi padres. Tampoco voy a destruir nada, señoría, porque todo lo que tengo, toda la documentación está en este Juzgado, no tengo nada más”, insistió González antes de recuperar la calma y continuar el interrogatorio que se extendió durante algo menos de dos horas.

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