Gregorio Serrano ha reconocido en Hoy por hoy que no se encontraba en Madrid en plena operación retorno, que se esperaba complicada por una tormenta prevista.
El director de Tráfico dice que la AP6 se convirtió en una ratonera por múltiples causas, pero no ha reconocido ningún error en la gestión del Gobierno. Por el contrario, ha repartido culpas entre los conductores, la concesionaria de la autopista y los caprichos de la meteorología.
El Ministro de Fomento Iñigo de la Serna no se ha quedado atrás al defender la actiuación del Gobierno y decir, "nada tiene que ver una nevada con la otra", en referencia a aquella otra que se produjo cuando gobernaba Zapatero en 2009 en la que Rajoy atacaba al gobierno socialista de manera visceral, pidiendo la dimisión de Magdalena Alvarez.
Rajoy, tan hipócrita como de costumbre calla y elude las responsabilidades, el Ministro de Fomento que durante el caos estaba desaparecido aparece para decir chorradas argumentando que las nevadas eran distintas y su subalterno, tan util como incompetente para ostentar el cargo director de la DGT, le echa la culpa a los conductores.
Tuvieron que ser los efectivos de la UME los que trabajando sin descanso liberasen los vehículos atrapados desde la tarde del sábado en varios tramos de la AP6.
La vuelta a casa de muchos madrileños tras las vacaciones de Navidad fue un horrible sueño. Algunos conductoreses tuvieron más de diez horas atrapados dentro de sus vehículos en las carreteras de entrada y salida de la capital, carreteras que se vieron colapsadas.Como si de una ratonera se tratara y sin recursos suficientes para hacer frente a la situación, sin agua, ni comida , muchos sin conbustible , con gasolineras sin poder servir por los cortes de luz y con coches cargados de niños y ancianos, el caos era total.
Cuando la DGT decreto el nivel 'negro' para esa carretera, ya era tarde. La falta de previsión hizo que cuando se fueron a dar cuenta, ya no se podía circular. El director no estaba y nadie se atrevía a tomar ninguna decisión. Tres filas de coches se agolpaban en los accesos a la capital y la situación llegaba al punto de que algunos usuarios pedían por Twitter que les llevasen combustible e, incluso, que pasasen a evacuarlos. La centralita del 112 se colapso.
Diez horas más tarde la UME traía la solución tras una noche de frío y miedo. Diez horas es castigo suficiente para que ahora esta partida de inútiles, desde el presidente hasta el director de la DGT, pasando por el Ministro de Fomento, se dediquen a decir idioteces y reirse de la ciudadanía.
Si tuvieran un mínimo de dignidad, dimitirían los tres, pero no o haran. Esta clase política que nos gobierna carece de dignidad.
Gabriel Sánchez
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