El tradicional mensaje de fin de año de la presidenta andaluza ha pasado desapercibido. Este año se ha dirigido a los andaluces, en un escenario que le va al pelo y con cuyo trasfondo parece sentirse bien. En esta ocasión ha elegido como escenario la ciudad califal de Medina Azahara, en Córdoba, una "ciudad brillante" que aspira a ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y que "también es testimonio de cómo los enfrentamientos en el seno de las sociedades solo traen discordias civiles", una "lección de la historia que no debemos de olvidar", según ha apuntado Y donde ha señalado la "igualdad de derechos y de oportunidades" como "la condición imprescindible para una convivencia que se asiente en la evidente diversidad de España".
Sin embargo, lo que resulta evidente es que no ha sido demasiado inteligente. En Twitter, algunos han usado la imagen de la política andaluza para hacer bromas con el escenario y han hecho bromas usando series como Juego de Tronos y programas como Cuarto Milenio.
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