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Rey contra rey

Rey contra rey

sábado 16 de diciembre de 2017, 12:18h
Los deseos de Juan Carlos I, que Felipe no autoriza

Han pasado ya algo más de tres años desde que el rey Juan Carlos I abdicase en favor de su hijo, Felipe. Cuenta su círculo más cercano que la jubilación (algo precipitada) del entonces jefe de Estado le ha “venido un poco grande”. Acostumbrado a un ritmo frenético de viajes oficiales con una agenda detallada al minuto, día a día, durante casi cuarenta años, don Juan Carlos se ha topado con una realidad que ha intentado sobrellevar pero que no le llena.

Desde entonces, don Juan Carlos ha retomado, en la medida de lo posible y dentro de lo que su edad (y sus operaciones) le permite, las aficiones que antes llevaba a cabo en su tiempo libre: competiciones de vela, los toros y las comidas con los amigos. Si va de caza, lo desconocemos, aunque según Pilar Eyre, el Emérito (y hasta doña Letizia) sigue acudiendo con sumo cuidado a sus escondites furtivos para dar muerte a animales en libertad.

Acariciando los 80 años, una nueva década y una edad redonda, ¿qué es lo que ha demandado el Rey?

Según publica la revista ‘Más y más’, el rey emérito “estaría muy ilusionado con la idea de que se organizase en su nombre una celebración oficial, similar a la que tuvo lugar en Oslo para festejar el 80 cumpleaños del que fuera su rey, Harald de Noruega”. Tal y como recoge la citaba revista, “Juan Carlos I se lo ha confesado a sus amigos más cercanos, que consideran que es el momento adecuado para rendirle un sentido homenaje por sus 40 años de trayectoria impecable y duro trabajo al frente de la Corona de España”.

La supuesta celebración nos conduce a varias preguntas: ¿Acudirían su hija y su yerno, Cristina e Iñaki Urdangarin? ¿Tendría cabida la presencia de su entrañable amiga, Marta Gayá? ¿Tiene este deseo el beneplácito del rey Felipe VI?

En cambio, el actual jefe del Estado, su hijo, Felipe VI, no encuentra demasiado brillante la idea de organizar algo de una forma tan oficial y ostentosa. La Monarquía de Felipe y Letizia se está caracterizando, entre otras cosas, por la austeridad: el Rey apenas es noticia, y Letizia, que lo es a cada paso que da, se ha convertido en la Reina de la bisutería y el reciclaje estilístico, algo que el pueblo español agradece.

Según recoge la mencionada publicación impresa: “Sus deseos no estarían en consonancia con los planes que tiene su hijo, Felipe VI, que prefiere que los festejos de este día tan importante para su padre se celebran en la intimidad del palacio de La Zarzuela, como ya viene siendo habitual en los últimos tiempos”.

Rey Juan Carlos

La salud de Juan Carlos I, con su edad y las operaciones que arrastra, se está resintiendo más de la cuenta en los últimos tiempos. Su círculo más próximo considera que el hecho de que el Emérito cumpla una edad tan redonda es el momento perfecto para brindarle un homenaje, en parte, bien merecido.

No obstante, algunas voces apuntan que de no llevarse a cabo la celebración tal y como el Rey desea, la hará, pero en el extranjero, poniendo, de este modo y otra vez, tierra de por medio entre él y su familia. Una tendencia constante que el Emérito ha llevado a cabo en los últimos tiempos. Un ejemplo de ello han sido las pasado vacaciones: mientras que toda su familia se encontraba en Palma, él hacía vida entre Irlanda, Sanxenxo y Saint-Tropez.

A don Juan Carlos le haría especial ilusión reunir a sus amigos, además de las personalidades más representativas del panorama político, empresarial y miembros de las Casas Reales europeas, como ya hicieran por el 80 cumpleaños de los reyes Harald y Sonia de Noruega.

Harald de Noruega cumplía años el 21 de febrero. Su esposa, Sonia, hacía lo propio algunos meses después, concretamente el 4 de julio. La Casa Real del país nórdico unificó el cumpleaños del matrimonio entre los días 8 y 10 de mayo de este año. En el calendario oficial de celebraciones tuvo lugar una serie de actividades cuyo plato fuerte no fue otro que la cena de gala celebrada en el Palacio Real de Oslo y a la que asistieron miembros de todas las casas reales reinantes de Europa excepto la de España.

El rey Juan Carlos ha tomado unos derroteros completamente independientes a los de la vida palaciega desde que abdicase en junio de 2014. Y no solo se ha librado de las apretadas agendas institucionales y oficiales sino también de las familiares.

El pasado verano pudimos comprobar cómo la reina Sofía reunía, por primera vez en cuatro años, a todos sus nietos en una espectacular cena en el restaurante ‘Ola de Mar’ en Palma. Mientras tanto, don Juan Carlos hacía vida independiente entre las ciudades de Sanxenxo, Saint-Tropez e Clonmellon, una pequeña localidad situada a 80 kilómetros de Dublín (Irland).donde fue pescado con su íntima amiga Marta Gayá.

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