Homenaje el 1 de Noviembre: EN PATERNA AÚN NO ES HALLOWEEN

Como todos los 1 de noviembre, quien va a Paterna para recordar a sus seres queridos se encontrará a centenares de personas de todas las edades participando en una ceremonia laica nada habitual; para ellos no constituye ninguna sorpresa porque saben que en su pueblo está el “Paredón de España”, segundo lugar de toda España donde fusilaron más personas en la postguerra, tan sólo superado por unas decenas por las tapias del Cementerio del Este de Madrid.

Las gentes del lugar escuchaban tiros, ráfagas de ametralladora y descargas de fusilería a diario, pero casi nadie tenía noción de la profundidad de la tragedia que se estaba generando en los terrenos militares que lindaban con el Cementerio; sólo Leoncio Badía y alguna persona mas era plenamente consciente de ello; Leoncio era el enterrador de Paterna que salvó la vida a cambio de otra pena: la de ser él quien enterrase de por vida a los suyos; un republicano que pasó la noche de su fusilamiento decidiendo con su padre cuál de los dos iba a ser perdonado por un cruel militar que así se lo propuso. Imaginad la noche que pasaron; al final vivió el hijo enterrando a miles de republicanos y viviendo terribles escenas junto a viudas, hijos y familiares que se agolpaban en la puerta intentando ver aunque sea pasar lo que el franquismo había dejado del que fue su hombre, su padre o hermano…

Aquellas familias rotas no podían mostrar luto ni dolor alguno por un rojo; ni por asomo se les dejaba permanecer junto a las fosas; si algún pequeño grupo acudía por despiste era inmediatamente expulsado; no podían haber grupos llorando a las víctimas que oficialmente no existían; la Guardia Civil se encargaba de disolverlos de inmediato.

Pero poco a poco aquellas viudas se dieron cuenta de que había un día en que no eran acosadas ni disueltas, y era el día en que una procesión de “gentes de bien” llegaba entre cánticos y olor a incienso que atravesaba el Cementerio en silencio (a los rojos no se les cantaba) hasta que salía de la zona delas fosas comunes. Era el 1 de Noviembre y los católicos vencedores iban al mismo Cementerio a rendir piadosos honores sólo a los suyos. Era una escena tensa, de miradas cruzadas que lo decían todo en silencio; pero los Guardias seguían en la procesión y ¡oh sorpresa! No los dispersaban… así empezó una de las primeras experiencias de resistencia pasiva al franquismo y esa es la razón de que año tras año acompañemos a los hijos y nietos de aquellas viudas a las que a veces tan caro les salía mostrar su dolor a los pies de la fosa de su hombre.

Se nos llegaba a acusar de beatos, de acudir al cementerio rindiéndonos a la Iglesia… demasiados años sin entender el tesoro histórico que también contienen aquellos lugares; gentes de teórica izquierda que no conocían su propio pasado ya no insultan; al final todo se sabe.

En Paterna no puede ser Halloween; hay aún mucho dolor enterrado… allí se mató a mucha gente en tiempos en que ya no había dos bandos (el último fusilado fue en noviembre de 1956, Doroteo Ibáñez Alconchel, guerrillero cuyo cuerpo nunca fue encontrado). El “Paredón de España” aún no es Lugar de la Memoria ni existe el Memorial digno con los 2238 nombres que aún no figuran en ninguna parte; hay tres monumentos dentro del Cementerio, pero en ninguno figuran todos los nombres. Queremos que el “Paredón de España” enseñe su horrible legado fuera del cementerio para que los 2238 nombres adviertan al Pueblo de lo que pasa cuando olvidamos la Historia.

No; en Paterna aún no puede ser Halloween.