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Los cobardes nunca van al frente

Los cobardes nunca van al frente

jueves 26 de octubre de 2017, 10:04h
Junqueras ha echado al suicida Puigdemont por delante para que le disparen, mientras desde la retaguardia asegura que el Gobierno no les ha dejado otra opción que "proclamar una nueva república"

El vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, el tapado del independentismo, el fanático de suaves palabras que aparentan la busqueda de consensos, bajo un escondido trasfondo de odio, aquel que no dispara aunque se encargue de cargar el arma y lanzar a sus soldados al campo de batalla mientras él se queda en la retaguardia, ha asegurado en declaraciones a Associated Press, que el Gobierno de España no ha dejado otra opción al Govern que declarar la independencia de forma unilateral.

Las palabras de Junqueras, que asegura que habla en nombre de su formación y no del Govern, llegan pocas horas antes de la reunión del Govern convocada por el president, Carles Puigdemont, para este jueves y tras la renuncia del presidente catalán de acudir al Senado. Así, una vez más dice cobardemente , no hablar como vicepresidente de la institución que decide declarar la independencia, no habla como número dos de la Generalitad, lo hace por contra en nombre de un partido, de su partido ERC, para esconderse tras el paraguas de la libertad de expresión, de las ideas al objeto de que ningún organismo judicial pueda imputarle el delito de rebelión.

Junqueras se esconde, lanza al suicida Puigdemont al avismo mientras sus tropas toman las calles. Él se resguarda en la trinchera, esperando el momento de salir una vez que el desatre se haya consumado y sea convertido en el Tarradellas conciliador del Proces,

Fuentes soberanistas apuntan que la decisión de Puigdemont de acudir el jueves por la tarde al Senado ya estaba tomada, pero que fue Junqueras quién finalmente le convenciera de no hacerlo y antepusiera el pleno monográfico del Parlament para responder al 155, donde empujado, Puigdemont declarará la república catalana.

Junqueras sabe que Puigdemont esta políticamente muerto, que la república catalana no tiene recorrido pero también que es la manera de darle la puntilla a los convergentes del PDeCAT, que aunque aliados, siguen siendo sus enemigos.

Así Junqueras, el burgués radical de voz clerical que ha conseguido escalar en un partido que se dice republicano , independentista y de izquierdas parece tener libre el camino y así subir un peldaño más en lo que es su objetivo, la Presidencia de la Generalitad. Sin embargo a este pirómano iluminado al que poco o nada le importa el desastre al que ha llevado a su pueblo, no las tiene todas consigo, de ahí que ya haya previsto una salida por si las cosas se complican. Esa salida no es otra que su huída a Perpiñán.

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