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Si recuerdan, lo diputados de ERC y el PDeCAT amagaron su decisión de abandonar todos los órganos del Congreso en protesta por la operación ordenada por un juez de Instrucción de Barcelona para desmantelar los preparativos del referéndum ilegal. De esto hace ya un mes y deben de haberlo pensado, pues desde entonces nada han vuelto a decir del asunto aún cuando la situación es mucho peor.

Ese día los parlamentarios independentistas catalanes dejaron los escaños y amenazaron con dejar el Congreso entre aspavientos. Debieron pensarlo mejor, seguramente sumaron y no tardando mucho volvieron a sus escaños para montarla, pues le va el sueldo en ello.

Así el portavoz de ERC, Joan Tardà, leyó desde la tribuna los nombres de los detenidos, de los que pidió su libertad, tratando a la justicia y al gobierno de estados opresores y a los detenidos de presos políticos, cuando no eran más que presuntos delincuentes.

Rufían más conocido por sus payasadas en el Congreso, no le fue a la zaga y reculó. En la hemeroteca queda aquel farol.que se marcó en septiembre de 2015 anunciando con gran solemnidad: "En 18 meses dejaré mi escaño para regresar a la República catalana".

Y, es que la pela pesa mucho más que la ideología. El independentista Joan Tardà cobra 13.186 euros al mes y Gabriel Rufían 8.000 euros, más desplazamientos dietas etc que suponen otros cerca de 4.000 euros más al mes.

Al final, ambos, han optado por aferrarse al sillón y seguir cobrando, amparándose en el mandato popular que les obgliga a seguir reprresentando al 'pueblo'. Ese pueblo, no independentista del que cobran.