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EL OSCURANTISMO, por Juan Saborido Gago

EL OSCURANTISMO, por Juan Saborido Gago

domingo 31 de marzo de 2024, 09:29h

“Poderoso caballero es don Dinero. Nace en las Indias honrado, donde el mundo le acompaña; viene a morir en España, y es en Génova enterrado” (Dn Francisco de Quevedo y Villegas)

Este término surge en el siglo XVI y su significado viene dada por dos formas: una la de ocultar los conocimientos a la población y otra lo que se conoce como oscuridad deliberada. Todo esto que surge en la Edad Media, y que se perdió gracias a los filósofos de la ilustración en el siglo XVIII, ya en el siglo XIX Friedrich Nietzsche se expreso de la siguiente forma: “El elemento esencial en el negro arte del oscurantismo no es que se quiera oscurecer la comprensión individual, sino que se quiere ennegrecer nuestra imagen del mundo, y oscurecer nuestra idea de la existencia”.

Detrás del poder se encuentra un virus letal, el dinero, allá donde se amasen grandes cantidades de este metal, podemos decir que se cierne la codicia, que es el acto de amasar más y más, de este modo se obtiene poder y la capacidad de manipulación.

Poder y economía van unidas, al menos desde hace unos siglos atrás, pero aún hay que añadirles un avance espectacular a esas cotas de poder y de manipulación, con la entrada de las grandes tecnologías, como la informática, la digitalización, y la inteligencia artificial. Recuerdan cuando se hablaba de la existencia de un tercer poder el de los medios de información, este ha sido desbancado por digitalización y la IA.

Existe una palabra en el vocabulario castellano, que se asemeja al término oscurantismo, denominada SUBREPCIÓN que la RAE la define con dos acepciones: la primera, “acción oculta y realizada a escondidas” y la segunda, “ocultación de un hecho para obtener lo que de otro modo no se conseguiría”. Todos podemos comprobar que de unos años hasta ahora, parece que el modo de actuar de las distintas organizaciones que componen las diferentes estructuras sociales actúen de forma subrepticia, sobre todo aplicando la segunda acepción de la palabra.

No hace mucho escribía un articulo referido a las declaraciones del consejero Jorge Paradela, en comisión parlamentaria, atribuyéndose su encomiable gestión referente a la empresa VEIASA que él denominaba como “gestión eficiente” sobre unos datos que no eran sólo insuficiente, sino además datos que incurren en deficiencias y omisiones. Cuando por ignorancia o deliberación, no se exponen con claridad los informes, datos y hechos, se actúa de forma subrepticia. En diferentes artículos míos, expuestos en este diario, describía con hechos, la mala gestión de unos directores ineptos, puestos a la cabeza de esta por unos políticos de dudosa intención.

Que los últimos gobiernos en nuestra Comunidad Autónoma no han sido de lo más brillantes es conocido por todos, pero que el actual gobierno del PP se arrogue limpieza en su gestión, sería una insensatez.

No se si los lectores recordaran al Juez Baltasar Garzon, tiene un libro publicado, que recomiendo su pausada lectura, se titula “EL FANGO Cuarenta años de corrupción en España” donde desgrana unos treinta y tres casos unos ya cerrados, otros aún abiertos, como telón de fondo, que como todos sabrán, todo esto le costó su carrera, como a cualquiera que desee levantar “la alfombra” o “tirar de la manta”. En el capítulo cuarto lo dedica de forma pormenorizada a “La corrupción en las Comunidades Autónomas y Diputaciones Provinciales”. Si el juez aún estuviese activo, podría escribir todo un “tratado sobre la corrupción”. Para evitar malos entendidos entresaco en su parte introductoria algo que me parece crucial.

“Y es que el fenómeno de la corrupción es, además de transversal, poliédrico y multifacético, resultado imposible dibujar un perfil <<típico>> del corrupto. No se limita al ámbito nacional, sino que se extiende a todos los sectores del poder. Allá donde existe una esfera de mando, subyace la tentación de obtener un beneficio injusto. Las Comunidades Autónomas no podían ser una excepción. En los casos analizados, en este capítulo se podrá comprobar que la corrupción afecta a partidos políticos tanto de derechas como de izquierdas; que salpica tanto a personas de economía humilde como de alto nivel económico; que puede implicar tanto a sindicalistas como ministros o presidentes de comunidades. De ahí que sea tan difícil definir un perfil del defraudador prototípico…

“El origen de la corrupción, tal y como intento reflejar a lo largo de esta obra, se encuentra en la delgada línea que separa lo público y lo privado. Comisiones por adjudicaciones públicas que posteriormente financian a partidos o enriquecen a comisionistas, sobrecostes en obras civiles que enriquecen a empresas privadas y que proporcionan notables regalías a los políticos que han permitido estos incrementos; la administración arbitraria de capítulos y presupuestarios que se manejan con menor control (como los fondos de formación, que parecen ser una barra libre para el uso arbitrario de fondos públicos), etc. Pero la madre de todas las corrupciones se encuentra en los delitos urbanísticos. Las desproporcionadas plusvalías que se generan al modificar los usos del suelo y la facilidad con que los departamentos de urbanismo realizan modificaciones en dichos usos, han generado una industria corruptiva sin parangón.”

Manipulación de masas.

“El Mundo no está amenazado por las malas personas. Sino por aquellos que permiten la maldad.” (Albert Einstein)

Hoy más que nunca la palabra ha perdido su valor, os parecerá una cruda sentencia, pero cada día vemos el pueril uso que de ella se hace y del poco valor que posee; además de la existencia de un oscurantismo, aunque se diga que todo está en la red y que se puede acceder a ella, esto no es verdad, se oculta información para hacer del pueblo una masa de borregos, en este sentido destaco la clarividencia del juez Garzon:

“La proximidad de los políticos a los ciudadanos no ha desarrollado una clase política más limpia o más escrupulosa, sino que, por el contrario, ha generado los casos más cutres y vergonzante de nuestra larga lista, y una especie de encapsulamiento de élite que al alcanzar la posición se vuelve soberbia y engreída. Una vez ganada la posición, parece que se produjera un encantamiento y el político asume un papel muy alejado de lo que exigiría su compromiso ciudadano. A partir de cierto momento, el pueblo estorba, pasa de serlo todo a no entender nada.

En definitiva, una carga con la que hay que contar. Cada cuatro años, cuando hay que de nuevo su voto. A los políticos -o mejor dicho a determinada clase de políticos- todos se les debe, porque se por los demás, siempre que los demás se inclinen ante ellos en demanda de apoyo y protección. Adquieren así, aún sin buscarlo, una especie de perfil maffiosi, que reparte bondades entre quienes le siguen”.

¿Es posible evitarlo?

Yo no soy pesimista, al menos lo intento, por eso digo que aunque es difícil y conlleva un hay que ser muy perseverante, nunca dar por perdida, la lucha por la VERDAD. Otra de las premisas necesarias es sobre todo si nos llega de altas estancias, estudiar, formarse de forma libre, con una mente muy abierta, porque la como una sombra lo cubre todo y como decía el escritor griego Esopo “Colgamos a los ladrones de poca monta, pero a los más grandes ladrones los elegimos para cargos públicos”. Estamos inmersos en una guerra, que no se ve, pero que siente sus resultados, por tanto, hay que estar alertas y no dormitando. “El que tenga oídos para oír que oiga”

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