Hay pocos autores andaluces con una trayectoria literaria más prolífica que Luis Miguel Sánchez Tostado. En su haber, nada menos que sesenta obras entre novelas, ensayos, cuentos y guiones cinematográficos, ha sido galardonado en veinticuatro certámenes literarios y varias de sus obras han sido adaptadas al cine. La maldición de Jericó es su nueva aventura literaria que en estos momentos la editorial Almuzara distribuye a nivel nacional. En esta ocasión nos presenta un trepidante thriller histórico sobre los manuscritos del mar Muerto con un descubrimiento arqueológico que hará tambalear los cimientos del cristianismo. El autor ha tenido la gentileza de concedernos una entrevista sobre su nueva obra.
¿Cómo surgió la idea de esta novela?
Quedé impactado tras la lectura de El escándalo de los rollos del mar Muerto, de Michael Baigent y Richard Leigh quienes, en 1992, tuvieron la valentía de denunciar el monopolio católico y la posible censura de los manuscritos del mar Muerto. Otros autores de talla internacional como Geza Vermes, Cecil Roth, Godfrey Driver, Dimas Fernández, John Desalvo o Frederick Bruce, entre otros, habían puesto el foco en las incógnitas que todavía se ciernen sobre el mayor descubrimiento arqueológico del siglo XX. Pensé que de este escándalo real podría salir un thriller de aventuras muy interesante, con sus conspiraciones, asesinatos y su compleja investigación.
¿Cuándo dice “escándalo”, a qué se refiere exactamente?
Me refiero al oscurantismo de la Iglesia católica que, durante varias décadas, convirtió el museo de Rockefeller en un búnker inaccesible, prohibiendo el acceso de cualquier historiador independiente. En 1955, en plena aparición de los Rollos, el Vaticano compró una importante cantidad de manuscritos sectarios de la cueva nº 4, los más polémicos. Además, de los ocho miembros del equipo internacional que acaparó el estudio de los rollos en el museo Rockefeller, salvo uno (John Allegro), casi todos eran sacerdotes católicos de la École Biblique de Jerusalén o seglares vinculados a la Iglesia. Esto fue un escándalo en su tiempo. Hicieron una interpretación sesgada atribuyendo la autoría a los esenios, una secta de célibes y pacifistas que se supone que residían en Qumrán.
Pero la autoría esenia de los rollos es la que se ha impuesto.
Hay grandes dudas al respecto. Algunos de los manuscritos, precisamente los más controvertidos, son coetáneos a Jesús de Nazaret y en las ruinas de Qumrán aparecieron pruebas arqueológicas que no encajan con el perfil célibe y pacifista atribuido a los esenios. La fortificación militar de la ciudad, por ejemplo, las monedas, las puntas de flecha, la presencia de una fragua para templar armas, los restos de su destrucción por Roma, incluso el cementerio con más de dos mil tumbas con cadáveres de mujeres y niños desmiente que fueran célibes y pacifistas, sino nacionalistas dispuestos a defenderse, posiblemente zelotes. Si a esto sumamos la aparición de manuscritos como la “Regla de la Guerra”, en el que se demuestra el carácter militar del grupo, o “La Regla de la Comunidad”, que refiere normas que rigen los matrimonios y la crianza de hijos, la teoría esenia se cae por su peso.
¿Por qué son tan importantes los manuscritos del mar Muerto?
Porque hasta la aparición de esos manuscritos, el Tanaj hebreo (Antiguo Testamento) completo más antiguo que se conservaba era el Códice de Aleppo, que es del siglo X y los rollos del mar Muerto son anteriores en más de mil años, pues fueron escritos entre el 250 a. C. al año 66 d. C., antes de la destrucción del Segundo Templo, lo que les convierte en los documentos bíblicos más antiguos. Son una pieza clave para el estudio de los orígenes del judaísmo rabínico y el cristianismo primitivo.
¿Por qué suscitaron controversia?
Por la sospechosa coincidencia doctrinal con los evangelios canónicos, pues incluyen conceptos como la Nueva Alianza, la venida del Hijo de Dios que morirá por los pecados del mundo, el Espíritu Santo, el bautismo, la santa cena con pan y vino, el rechazo a la riqueza material, la caridad, el amor, se habla de la confesión, de la resurrección o del sacrificio y muerte del Justo. Incluso de la hipocresía de los fariseos. Algunos autores empezaron a cuestionar la originalidad del cristianismo como una doctrina nueva y se barajó la posibilidad de que Juan el Bautista y Jesús formasen parte de aquella secta, o que los evangelistas se hubieran inspirado en aquellas doctrinas para crear al mesías cristiano. La Iglesia salió del paso diciendo que los esenios y el cristianismo primitivo eran grupos distintos pero tenían las mismas ideas originales, algo resulta inverosímil para muchos historiadores.
Este es el contexto histórico de La maldición de Jericó, pero ¿qué nos puede adelantar sobre la novela?
En 1959, cerca de Qumrán, el filólogo Peter Fortabat descubre un manuscrito del siglo I que puede socavar los cimientos de la cristiandad. Una conspiración, que extenderá sus tentáculos en Cisjordania, Reino Unido y España, tratará de impedir que el documento se divulgue. Cincuentaiún años después (2010) unos sicarios siguen el rastro del pergamino y se dirigen a España dejando una estela de violencia. El inspector Yacob Salandpet se enfrenta a un complejo caso y tratará de impedir el objetivo de los mercenarios en una acción a contrarreloj durante la final de la Copa del Mundo de Fútbol.
Dicho así, parece una novela de aventuras.
Lo es, aunque encaja dentro del género policiaco como un thriller histórico. Está colmada de historia, intriga y suspense sobre los manuscritos del mar Muerto y con la figura de Jesús de Nazaret de fondo, lo que la hace muy sugerente. No en vano fue finalista del VI Premio Policía Nacional de Novela y del prestigioso Premio Ateneo de Sevilla.
¿Qué hay de verdad y de ficción en La maldición de Jericó?
Aunque el manuscrito Fortabat es ficción, la historia está basada en un escándalo verídico. Salvo los protagonistas, casi todos los personajes son reales, también los espacios donde transcurre la historia en Cisjordania, Inglaterra y España: la excavación de Jericó, el museo de Rockefeller, la École Biblique de Jerusalén, Qumrán, el Santuario del Libro, las cafeterías, los anticuarios, incluso los espacios de Madrid: el colegio Pi y Margall, la residencia Monte Carmelo, el café Gijón, el Instituto Cervantes, el hospital Gregorio Marañón, etc.
Varias de sus obras han sido adaptadas al cine. ¿Hay algún proyecto para esta nueva obra?
El cineasta Luisje Moyano dirigió los rodajes de El Desenlace y Pestiños, dos cortometrajes basados en sendos relatos míos. También la serie televisiva La cuarta bestia inspirada en mi novela homónima de la que ya se ha rodado el capítulo piloto. Este otoño se rodará el largometraje Las promesas de Batallo, una comedia basada en mi novela de humor Tres promesas y un arrebato. Sobre La maldición de Jericó, ya hay un guion cinematográfico registrado en español y en inglés. Se iniciaron unas conversaciones con una productora israelí pero, al poco, estalló el conflicto entre Israel y Gaza y se suspendió. Así pues, el proyecto sigue disponible para cualquier productora que se interese en él. Comercialmente es muy atractivo.
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