A raíz de unas declaraciones del Sr. Juan García-Gallardo, vicepresidente de la Junta de Castilla y León, en la reciente gala de los Goya donde decía “hay gente que llama cultura a cualquier cosa” me vinieron las ganas de puntualizar algunos aspectos sobre este tema.
Creo que los antropólogos queremos debatir sobre cuestiones que nos afectan, pero por encima del barro del día a día, y no mancharnos los zapatos, y ello no siempre es posible. A veces hay que pisar barro. Este concepto tan difuso, para casi todas las personas, me lleva a reflexionar por qué hay tantas que divagan sobre la cultura sin concretar ni avanzar en nada. El Homo sapiens lleva siglos intentando acotar este concepto, desde Aristóteles hasta nuestros días. Cultura económica, cultura gastronómica, cultura estudiantil, cultura matemática, etc. Al ser humano le gusta clasificar y compartimentar.
La cultura es un fenómeno característico del ser humano que surge durante el proceso de personas en sociabilidad. Pero me centraré en un antropólogo español, en el catedrático Ángel Díaz de Rada, que según mi opinión tiene una visión muy acertada sobre este tema. Sí, sr. García-Gallardo, hay personas que llamamos cultura a cualquier cosa. En los ejemplos no entro en valoraciones economicistas o simbólicas. Por ejemplo, hay formas culturales materiales como libros o un tornillo rosca madera y ya no entremos en la cultura inmaterial que según la UNESCO podrían ser: música, danza, tradiciones culinarias, rituales, etc. Es decir, cualquier cosa.
El profesor Díaz de Rada señalaba en su libro cultura, antropología y otras tonterías que la cultura era una propiedad de la acción social, un método de elaboración de la vida humana mediante un conjunto de reglas que ponemos en acción, según la situación social en la que nos encontremos. Por deducción podríamos decir que la cultura no es de izquierdas ni de derechas. Ni de arriba ni de abajo. Todos somo productores de cultura.
Hace unos días se publicó en el periódico ABC una carta abierta de Victorino Martín, presidente de la Fundación del Toro, al ministro de Cultura Ernest Urtasun. En ella venía a decir que las actividades culturales son prexistentes a la ley que protege dicho fenómeno. Estoy de acuerdo con esta aproximación. Desde los inicios de nuestra aparición en este planeta, como especie, nos hemos dedicado sin descanso a producir formas de cultura material e inmaterial que nos rodean y ya no podemos vivir fuera de ella. Independientemente de si hay leyes para el fenómeno cultural o no.
Lamento discursos como el de guerra cultural, propuesto por el Sr. Urtasun o el de confrontación cultural de la Sras. Aguirre y Ayuso. Nada más lejos de lo que es cultura.
Si (
No(
