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La trama Gurtel, llega el fin de la primera parte

La trama Gurtel, llega el fin de la primera parte
martes 10 de octubre de 2017, 08:40h
El juicio está visto para sentencia.

Acusaciones y defensas ya tienen listos sus escritos de conclusiones. Despues de que las presenten el primero de los juicios de la Gurtel quedará visto para sentencia. La Fiscalía Anticorrupción se matiene firme e inamobible en las suyas, esas que acusan, ninguna de las alegaciones exculpatorias le han convencido y por tanto mantiene peticiones de pena para los principales acusados e insiste en que tanto el PP como Ana Mato no se pueden ir de rositas y deben ser condenados por lucro.

Las dos Concepciónes, Sabadell y Nicolás no se han dejado presionar y se reafirman en las peticiones de condena que figuran en el escrito de acusación, aquel que presentaron hace casi tres años, en enero de 2015 donde el único cambio es una mínima rebaja para Luis Bárcenas y Alberto López Viejo, a quienes elimina un delito fiscal, que apenas rebaja el montante en la petición de condena, mientras que para el cabecilla de la trama y aparente arrepentido siguen pidiendo la misma pena a pesar de su declaración toscamente vestida de confesión.

Hoy es evidente que Francisco Correa y la Fiscalía, como en cierto momento se especuló no llegaron a ningún acuerdo, Concepción Sabadell y Concepción Nicolás siguén manteniedo su petición inicial de cárcel, 125 años a pesar de que Correa dijera: "Voy a reconocer los hechos, pero voy a intentar esclarecer algunos hechos que no se corresponden con la realidad”. Si dijo la verdad o no, solo lo sabe Correa y el resto de implicados, lo que queda claro es que a las fiscales del caso ese arrepentimiento del jefe de los corruptos no les ha tocado el corazón. así su declaración no le ha servido a Correa para obtener una reducción de la petición inicial, aunque eso sí , ha ayudado y de qué manera a la Fiscalía para convertir en pruebas contra otros acusados lo que hasta ese momento eran meros indicios sin carga procesal.

Correa reveló en aquella mariatoniana jornada de preguntas y respuestas como funcionaba el sistema de cobro de comisiones a grandes empresarios, el papel recaudador de Bárcenas, lo que había pagado de su bolsillo para las campañas electorales del PP y lo que se habían llevado ciertos personajes del PP, entre los que están Jesús Sepúlveda y su entonces esposa Ana Mato.

Su declaración no dejó títere con cabeza, pudo darse cuenta que sus entonces amigos le habían dejado solo ante el peligro y dispuestos a que se comiera el solo el marrón, pero Correa no estaba dispuesto a que aquello fuera así.

Llegado el turno de Luis Bárcenas frente al tribunal y a las fiscales este ya sabía que tenía poco que rascar en lo que a su defensa se refiere, sin embargo se había propuesto librar de toda responsabilidad a su mujer y convencer a la sala que su ingente fortuna escondida en Suiza tenía un origen legal. Sin embargo la Fiscalía no le cree y entiende que su esposa es culpable también. Según las fiscales Rosalía Iglesias, debe cumplir 24 años de prisión y él 39 de los 42 que pedián en principio después de quitarle uno de sus ocho delitos contra Hacienda de los que es acusado.

A diferencia de Correa, el extesorero del PP, se ha mostrado como el gladiador que es. Su postura con las fiscales así lo ha demostrado , sus rifirrafes verbales y desafiantes han llenado las crónicas periodísticas de este caso, cuando a preguntas de ambas respondía desafiante tratando de imponer su criterio y así justificar sus ingresos argumentando que el dinero procedia de distintos negocios de compraventa de arte y de préstamos de palabra en los que no aparecía un solo papel que los justificara y menos aún justificaba el montante atesorado, 48 millones de euros, dinero que los investigadores localizaron en sus cuentas de Suiza. Lo único que quedó claro tras su declaración es la “contabilidad extracontable” que les ha venido a las fiscales como anillo al dedo para mantener su imputación al PP.

Cuando le llegó el turno a Pablo Crespo al que el ministerio fiscal considera pieza clave por ser el número dos de Correa, este quiso librarse como fuera de la quema, echando toda la mierda sobre su jefe, argumentando que era poco más que el chico de los recados. Así negó todos los hechos y presentó su trabajo al frente del entramado de empresas de Gürtel como el de un mero transmisor de las órdenes de Correa, se desentendió de todo, negó su papel en el organigrama pero los investigadores le cogieron con el carrito del helado, había plasmado ese diseño en distintos esquemas en su agenda personal que la policía localizó. A partir de ahí Crespo se desdijo de lo dicho y renegó de sus declaraciones primeras. Dijo que las mismas fueron consecuencia de la desesperación al haber estado encerrado en un calabozo que calificócomo “una mazmorra de la Edad Media”. Es lógico, era hombre acostumbrado a las habitaciones del Ritz y eso enloquece a cualquiera. Pese a todo, anticorrupción le considera artey parte de la trama y no se cree que no participase en la operativa diaria por lo que la Fiscalía mantiene la petición de 85 años y 6 meses de prisión.

Otro de los imputados es Álvaro Pérez ‘El Bigotes’, aquel de " amiguito del alma " y lágrima fácil cuya declaración se produjo después de Pablo Crespo, aunque no a preguntas de la Fiscalía a las que se negó a contestar. Pérez solo respondió a su abogado. Su frase más destacada fue:"Yo al señor Bárcenas no le he entregado nada de nada, lo único que le he dado son los buenos días o las buenas tardes". Según Sabadell y Nicolas, " El Bigotes" tenía por misión "entregar los regalos en efectivo y en especie, además de comandar los trabajos de la Gürtel cuando centró su actividad en Valencia". Pide para él 5 años y dos meses de cárcel por delitos de cohecho.

Otro de los que tiene un pie en la trena es Alberto López Viejo cuya defensa hizo aguas después de que Correa y otros integrantes de las empresas investigadas en el caso Gürtel le acusaran de cobrar comisiones, fraccionar contratos y desviar dinero de la Comunidad de Madrid para pagar actos del PP. Llegó a decir en contra de la opinión de la fiscalía que la trama corrupta no existía, que todo era una invención, sin embargo la Fiscalía pide para él una condena de 39 años de cárcel de los 45 que solicitaba al principio, al eliminar los delitos fiscales.

Jesús Sepúlveda fue otro más de los beneficiados. Correa detalló todos los regalos que le hizo a él y también a su mujer, la exministra del PP Ana Mato. Seúlveda reconoció algunos de esos regalos y en su defensa dijo que eran consecuencia de la relación de amistad que le unía a Correa, negando eso sí, que éste le hubiera regalado un Jaguar, asi como el cobro de comisiones. La Fiscalía no le cree insiste y argumenta en su escrito de acusación que se lucró con dinero negro de la trama por lo que pide que sea condenado a 15 años y 4 meses.

A este le sigue su ex- mujer Ana Mato y también el PP. Tanto la exministra como el partido están acusados de ser partícipes a título lucrativo. Como recordarán el abogado del partido se negó a contestar a la Fiscalía cuando llegó su turno y con esa torpe decisión, el abogado arrastró a Mariano Rajoy al banquillo de los testigos. En cuanto a la exministra de Sanidad, ésta aseguró que nunca le llamó la atención que en su garaje hubiera coches de alta gama. "En lo personal de cada uno, no nos rendíamos cuentas", dijo para justificar su presunto desconocimiento del alto nivel de vida que llevaba su marido, que no ella, contestó " echandole toda la mierda a su ex". La Fiscalía mantiene la petición de condena para ambos: 28.467,53 euros de multa para Mato y 245.492 euros para el PP.

Tres de los acusados alcanzaron un pacto, a estos se les llama los arrepentidos y son el empresarios Jacobo Gordon, el constructor Alfonso García-Pozuelo y el exconcejal del PP en Pozuelo de Alarcón Roberto Fernández. Los tres no solo reconocieron los hechos sino que han sido claves en desmadejar este embrollo de corruptelas y corrupción, por ello han obtenido importantes rebajas de condena. Gordon ha sido condenado de dos años a cinco meses, García Pozuelo de cuatro años y seis meses a dos años y Fernández de dos años y tres meses a 11 meses de cárcel.

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