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“Sobre Jesús Marchamalo”, por Sonia Saavedra

“Sobre Jesús Marchamalo”, por Sonia Saavedra

martes 07 de noviembre de 2023, 08:02h
“Sobre Jesús Marchamalo”, por Sonia Saavedra

Hoy acaba el plazo de matrícula en la UNED. Este curso trataré de superar seis créditos del grado de Geografía e Historia, pues el mes de enero de este año vino acompañado del diagnóstico de una enfermedad que todavía me tiene pendiente de revisiones por PTT. Y no, no me refiero al libro gordo de Petete, sino a una enfermedad autoinmune muy grave de la que casi no salgo.

Esto me recuerda la inauguración del Curso Académico 2023/24 del Centro Asociado de la UNED de las Islas Baleares en el Castillo de Bellver de Palma, donde tuve el inmenso placer de conocer personalmente a Jesús Marchamalo.

Don Jesús, dedicado a la a gestión cultural, ha desarrollado sobre todo su actividad profesional en Radio Nacional de España y en Televisión Española y este año, en el que ha recibido el Premio Nacional de Periodismo Cultural, ha sido también el encargado de ofrecer en el patio de armas del emblemático castillo una lección magistral sobre las palabras, la lectura, las ideas y el mundo de los niños.

Las palabras se usan, somos grandes usuarios de palabras – comenzó diciendo don Jesús- y en ese momento me vino a la mente una duda que suelo expresar en mis escritos ¿Somos palabras o pensamiento? ¿Somos lo que decimos o lo que callamos?

Al margen de las 25.000 palabras que un individuo puede llegar a decir al día (eso me pareció oír) lo que está claro es que, como dice Víctor García de la Concha, hay especies capaces de comunicarse, pero las palabras son patrimonio del género humano.

Más adelante, cuando escuché a don Jesús decir que las palabras ofrecen matices luminosos o que todo tiene un nombre y que los niños señalan todo para saber qué es, no pude más que emocionarme ante su manera de decirlo. El objeto y la palabra que lo designa forman un todo. ¿Puede haber ideas sin palabras o palabras sin ideas?

¿Cómo que un caballo es un horse si vemos un caballo? - Dicen los niños-.

Ante esta cuestión, que tanto nos hizo sonreír a quienes lo escuchábamos, Marchamalo nos ofreció ejemplos de ese todo formado por objetos y palabras: Así, en España decimos cometa a lo que, en Cuba, Chile o Argentina, llaman volantín y chiringa en Puerto Rico.

Hay un lenguaje de la filosofía, de los pescadores, de los carpinteros -siguió diciendo el maestro- Vayan a una ferretería y comprueben. Micrómetro, garlopa, fresadora.
Los médicos emplean palabras como pústula y purulencia; los oculistas dicen pupila niña o iris; y los profesionales de Medicina interna pueden diagnosticar una anadiplosis o infección intestinal. Lo chocante en este caso es que, desde el punto de vista de las figuras estilísticas empleadas en literatura una anadiplosis consiste en iniciar un verso o frase con la palabra que puso fin al verso o a la frase anterior.

Quienes asistimos a este magnífico discurso no pudimos más que seguir embobados escuchando a don Jesús, que insistía en que las palabras no llegan solas, sino que dejan rastro y nos cuentan nuestra vida, las heredamos, nos llegan, tienen vida. Y en ese trayecto vital salieron a relucir los tebeos de Carpanta, los de 14 rue del percebe o la lectura compartida entre hermanos, primos y vecinos de esos emblemáticos libros de Historias Color o Historias Selección donde tantos sueños infantiles quedaron.

Don Jesús pasó de los libros de infancia y adolescencia a los libros de poesía, en los que sus autores descubren el mundo de manera distinta. Cuánta verdad hay en eso, pues no cabe duda de que los poetas esculpen mensajes a través de palabras, palabras que son como cinceles que recrean formas y que, desde mi modesta opinión, llevan impresas en sí mismas la huella del verdadero arte, un arte que Don Antonio Machado dejó, no sabemos si olvidado, en un trozo de papel que alguien encontró en una de sus americanas: De estos días azules y este sol de la infancia.

De la infancia, de los días azules, de la maldición de quienes no leen, de las bibliotecas de autores reconocidos y de esos tesoros ocultos que podemos encontrar en los libros de segunda mano en cuyas anotaciones podemos descubrir obsequios que nos ofrece el dueño anterior, siguió hablando el conferenciante, y en sus palabras íbamos apreciando una pasión contagiosa que discurre entre autores y lectores.

Hoy empezaré a estudiar el primer tema de “La Historia Antigua Universal”, pero este año empezaré mi pequeño compromiso con el recuerdo de un comunicador maravilloso que nos hizo vibrar ante la imagen hablada del mundo de los libros.

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