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A la caza del Botín.

A la caza del Botín.

lunes 09 de octubre de 2017, 10:27h
Por Loli Castaños
lo malo de ser Dios y único, es que no necesita controladores de calidad, que avalen su trabajo.
En el momento en el que haciendo un despliegue de medios para impresionar, le habló a Moisés a través de un mato ardiendo y le entregó las tablas de la ley, ya plantó en la tierna mente humana, la semilla de que los mandatos, tanto divinos como humanos había que hacerlos cumplir como fuese.
Comenzamos siendo poco más que un microorganismo, y ahora ya estamos a punto de ser los dueños del Universo, con cuatro tonterías que sabemos los que más, porque los que menos, aunque nos consideremos pastores, no nos diferenciamos en mucho con el ganado domesticado, al que miramos con una superioridad que nos hace sentirnos orgullosos de lo grandes que somos. Claro que también es verdad, que en cuanto se adquirió conciencia del poder que da mantener la fe activa entre la población inclinada a admirar a quienes
construyen catedrales, se hicieron con las riendas del mundo, convenciendo, lo elevado que se siente el espíritu con las bondades de la sumisión.
Ningún animal se acostumbra a los palos, se somete por temor... pero llega un momento, en el que, o muere, o se da cuenta que no está sólo, es capaz de vencer el miedo que lo agarrota, se revuelve contra quien lo maltrata y los principios de mansedumbre que tenía tras generaciones de domesticación, se van con el primer mordisco, luego ya desatada la rabia, los razonamientos que se puedan tener, son inútiles.
Las ansias de libertad era algo que no entraba dentro de los planos de construcción del hombre, sin embargo se debió añadir a última hora, por lo de que, con incentivos se trabaja mejor.
Por la creencia en la libertad, se ha hecho de todo, desde luchar a muerte, hasta meterse en una lancha, poco más que de cuatro tablas y atravesar mares sin saber nadar, pero lo que nunca se había hecho, era emplearla como argumento para impedir por la fuerza, que un pueblo se atreva a soñar con ella.
Cuando eramos menos civilizados que ahora, no había remordimientos, ni se perdía el tiempo con ningún tipo de legalidades, porque si no se acataba a las buenas, se empleaban métodos más ilustrativos que los entendía hasta el mas cazurro, para conseguir unos fines, y ya estaba. Pero eso, era antes, ahora, se adaptan a los intereses primero....Lo demás, igual.
Después de una conquista, solo queda , quemar las naves y llevarle el botín al Rey.
El mundo avanza a buen ritmo, España se coloca en buen camino para el mundial y las mujeres en Arabia, están de enhorabuena, ya tienen nivel para llevar un coche. Mientras, desde la luna, todos somos microbios.
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