Jason Aldean rockeaba sobre el escenario, cuando lo que parecían petardos empezaba a sonar. De repente los acordes enmudecieron, la gente caía al suelo desplomada, otros echaban a correr, las ráfagas de plomo que resonaron casi sin interrupción durante 10 minutos, sobrevolaban la plaza, otras impactaban contra los concentrados, convirtiendo a los 22.000 espectadores del Route 91 Harvest Festival en blancos indiscriminados de un asesino que desde el piso 32 del resort Mandalay, parecía estar en una cacería.
No eran fuegos artificiales, como muchos pensaron inicialmente, sino una carnicería deliberada donde los muertos y heridos se contaban por decenas . La sangre estaba por todas partes ante unn griterío general. Nadie sabía que pasaba, solo que la muerte se había instalado en aquel recinto donde minutos antes era todo diversión.
Nadie podía imaginar que la matanza era obra de un hombre obsesionado con las apuestas y las armas. Su nombre Stephen Paddock, un jubilado de 64 años, que había comprado una nueva casa en 2015 a tan solo una hora en coche de Las Vegas., Él era quién disparaba desde el piso 32. Un hombre pacífico según su hermano, Eric Paddock, quien dijo que se mudaba a Nevada, porque en aquel estado el juego era legal .
Stephen Paddock, "era un hombre rico al que le gustaba jugar al póker online y le gustaba hacer cruceros. Nunca sacó su arma, no tiene sentido" declaró su hermano. Ni siquiera tenía antecedentes penales, según la policía.
El atacante se suicidó antes de que la policía entrara en la habitación del hotel, dijo el juez del Condado de Clark. " No hay conexión con ningún grupo terrorista internacional", dijo a la prensa un portavoz del FBI. Poco más tarde funcionarios estadounidenses desmintieron la reivindicación del autodenominado Estado Islámico. "La Comunidad de Inteligencia es consciente de la reclamación de responsabilidad de una organización terrorista extranjera por la decisión en Las Vegas", aclaró el portavoz de la CIA Jonathan Liu en un correo electrónico.
En la habitación de su hotel encontraron más de 10 rifles, detalló el jefe de ese cuerpo policial, Joe Lombardo.
La matanza ha dejado 59 muertos y más de 500 personas heridas.
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