Esto viene a colación, de las noticias aparecidas últimamente (como las cuentas de un rosario) en Nuevodiario, que produce tristeza a cualquier progresista y viene a denostar la ya deteriorada imagen de los sindicatos, por la actuación inaceptable de un dirigente en este caso de UGT-FICA Nacional y cuyo titular de la noticia dice:
“Golpes contra la puerta e insultos a los afiliados de FICA melillenses, esta ha sido la carta de presentación de Manuel Jiménez Secretario de Organización Federal de UGT-FICA”
Es muy lamentable que, durante esta Semana Santa, esto se haya convertido en un calvario, para las personas que durante tanto tiempo han luchado por los derechos de los trabajadores y trabajadoras de Melilla.
Confiemos que esta coincidencia temporal, no tenga tintes xenófobos por el origen Rifeño y musulmán del atropeyo sindical o esperen que la semana de pasión contribuya a pasar desapercibido esta oscenidad de UGT en Melilla .
Si se hace un análisis, a través de los hechos presentados, podemos esbozar una imagen del prototipo de persona o personas que forman el grupo dirigente y sobre todo de quien lo representa.
Con esto no quiero decir, a pesar de conocer al de los golpes e insultos según recoge Nuevodiario, que me encuentre en posición de emitir un juicio sobre dichas personas, lejos de mí, aunque por convicciones siempre estaría del lado de las victimas, pero sí de analizar hechos que de alguna manera señalan ciertas conductas que afean o desacredita a una organización (que fue la mia).
Hace unos años se realizo un curioso estudio sobre un síndrome que se producían en personas que ostentan algún liderazgo, lo realizaron el expolítico David Owen y el psiquiatra Jonathan Davidson, y se llama, Síndrome de Hubris, y se detecta en algunas personas que ostentan alguna forma de poder y mando, experimentando un cambio de personalidad en esa posición de liderazgo, mostrando un orgullo extremo, exceso de confianza y un desprecio por los demás.
Es pues, un cambio de la conducta que los pone en la tesitura de personas destructivas, es todo lo opuesto a la persona serena, su comportamiento es, de un orgullo desmesurado, y de un trato hacia las demás personas con desprecio e insolencia.
David Owen identifica catorce síntomas; como comprenderán no los expondré todos sólo resalto algunos significativos: 1 Uso del poder para la autoglorificación, 2 obsesión con la imagen personal, 3 excesiva confianza en sí mismo, acompañada de desprecio por los consejos y crítica de los demás y 4 perdida de contacto con la realidad.
“La humildad es algo extraño. En el momento en que crees que la tienes, la has perdido”. (E. D. Hulse)
Existe una aptitud que desplazan la balanza hacia situarla en equilibrio, se trata de la humildad. Ésta es, ante todo una virtud que poseen aquellas personas, que a lo largo de su vida, han desarrollado la conciencia de sus propias debilidades y limitaciones, actuando en consecuencia.
Existen también signos que denotan a las personas humildes, indicaré sólo algunas importantes: 1 comprenden la igualdad y la dignidad de todas las personas, 2 perciben las relaciones sociales desde la horizontalidad, 3 valoran el trabajo y el esfuerzo, 4 reconocen sus propias limitaciones y 5 se expresan con afabilidad.
Otro de los aspectos que posee la persona humilde, es el saber escuchar, no sólo porque nos permite conocer en verdad a las personas, sino porque aprendemos nosotros mismos, la otra persona puede aportar aspectos válidos que ignoramos, tenemos que ser muy prudentes y con la prudencia ir acompañada de la valentía de saber decir las cosas.
“Las personas que intentan hacer algo y fracasan son infinitamente mejores que aquellos que intentan no hacer nada y tienen éxito” (Lloyd Jones)
Si (
No(
