El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha defendido este jueves que en España hay perfiles suficientes para cubrir ofertas de trabajo al haber más de tres millones de parados y ha apuntado que si una persona que cobra un subsidio público "rechaza" una oferta de trabajo y una formación, "el país debería plantearse si debiera seguir cobrándolo o no". (Madrid 09/03/2023. Encuentro informativo organizado por el diario El Mundo, al que asistía Unai Sordo CCOO y Antonio Garamendi COE)
No entiendo, no comprendo, me siento confundido; no es de recibo que un sindicalista y aun menos un secretario general nacional, se atreva a dar a entender esto.
No sería más saludable que hubiese disertado sobre un estricto control de los empresarios, los contratos y sus cláusulas, que, actualmente se realizan en el suelo Nacional, donde presuntamente se defrauda, con sueldos miseros, jornadas sin fin y una economía sumergida desbocada.
Tenemos infinidad de ejemplos, en cualquier empresa, y no digamos en el sector agrario como la fresa en Huelva donde nadie quiere ir a trabajar, sólo los migrantes en condiciones paupérrimas, o en el sector hostelería donde ocurre otro tanto; para ello no hay que ser un lince, sólo hay que bajarse de las alturas y pisar la realidad; si existiese ese control de forma estricta y real de la inspección de trabajo, otro gallo cantaría.
No se pregunta, este señor, por qué ocurre esto, qué induce a una persona a rechazar un puesto de trabajo. Si las empresas ofrecieran salarios dignos en condiciones dignas, tal vez nadie rechazaría una posibilidad de trabajo, pero no hay que “sancionar al que lo rechaza”
Estamos en una situación muy delicada, para lanzar desde UGT propuestas que sancionen a los trabajadores, sobre todo con las tendencias retrogradas de la derecha y de la extrema derecha a nuestras espaladas, y menos aún con Garamendi escuchando a su lado … tal vez ha perdido la valentía de antaño cuando trabajaba en Barcelona en la empresa La Maquinista Terrestre y Marítima (Gec-Alstom). O tal vez, la carrera meteórica de ascenso tan ágil en el sindicato, le ha nublado la mirada rasa de una realidad dolorosa y de difícil solución, mientras el opresor se encuentra a tu lado oyéndote complacido.
Me pregunto si la edad le ha hecho cambiar de ideología como ocurre con el señor Tamames, comunista de toda la vida, y ahora en las filas de VOX … si Marcelino Camacho o Julio Anguita estuviesen vivos seguro que les daría un sincope. Extraña realidad la que vivo, ya no se trata de la incertidumbre, sino, más bien la locura de una sociedad perdida, en algo que no tiene pies ni cabeza.
Hemos entrado en un bucle donde se han perdido los valores, donde da lo mismo pensar una cosa, decir la contraria y no hacer ni una ni otra, sin sentir el más mínimo pudor. Es urgente el ser conscientes que las cosas no son como nos la están contando.
A modo de conclusión os dejo esta reflexión lapidaria del filósofo del siglo XVII Baruch Espinosa:
“Las academias que se forman a cargo del Estado se instituyen no tanto para cultivar las mentes, cuanto para embridarlas”
Si (
No(
