Cosentino aspiraba a ser el tercer mayor estreno bursátil en el parqué nacional con una valoración de entre 2.000 y 2.500 millones de euros para 2023. Sin embargo, las demandas por silicosis de trabajadores que han tratado su producto estrella, Silestone, podrían impedir que la compañía llegue a confirmar su salida a bolsa. Fuentes de la compañía reconocen que "no hay una decisión tomada" debido a los problemas reputacionales que podrían generar el centenar de demandas preparadas contra ella.
Cosentino ha documentado al menos 95 casos de silicosis entre 2019 y 2021. Sin embargo, la cantidad real es mayor, debido a que la compañía ha llegado a acuerdos confidenciales con sus trabajadores, los cuales reciben una indemnización para evitar malas críticas y detener el aumento de demandas legales.
El dueño de una empresa de encimeras de cocina, que planea salir a la Bolsa, fue sentenciado a seis meses de prisión y a pagar 1,1 millones de euros en indemnizaciones a cinco empleados.
El fiscal acusó al empresario, líder del sector de encimeras de cocinas, de no haber proporcionado información adecuada a sus clientes sobre la composición de Silestone, material que distribuyó Cosentino y que causó silicosis en varios trabajadores porque las compañías marmolistas no pudieron tomar las medidas protectoras necesarias al manipular el producto. Por tanto, el ministerio público solicitó una condena de tres años de prisión para Fernández Cosentino.
Este es el primer juicio de varios, el siguiente se celebrará en julio en Bilbao. Se le acusa a Cosentino de lesiones por imprudencia a seis trabajadores, y se solicitan dos años y medio de prisión. Según las fuentes del caso, la acusación se basa en que Cosentino no informó de los riesgos durante mucho tiempo, no etiquetó el producto hasta 2005, proporcionó fichas insuficientes desde 2009 y solo en julio de 2010 realizó un mailing masivo a 3000 marmolerías. Sin embargo, Cosentino vendía el producto desde 1991.
A principios de enero, el mercado asumió que Cosentino saldría a bolsa, sin saber si se trataría de una OPV o OPS, cuánto capital se colocaría entre nuevos inversores y qué valoración tendría. Sin embargo, en la actualidad hay un riesgo reputacional que contradice los criterios ESG, que han cobrado mucha relevancia para los inversores. Según fuentes del mercado, esto sería uno de los primeros aspectos a considerar en cualquier prospecto de salida a bolsa de una empresa recién cotizada, lo que agregaría más riesgos legales.
La empresa tiene una calificación B en términos medioambientales según CDP Scores (Carbon Disclosure Project). Su objetivo es alcanzar el grado A en un futuro cercano. Además, ha solicitado ser evaluada por Sustainalytics, una agencia especializada en ESG.
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