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LA PERTENENCIA A LA CLASE OBRERA por Juan Saborido Gago exVEIASA-ITV-METROLOGIA

LA PERTENENCIA A LA CLASE OBRERA por Juan Saborido Gago exVEIASA-ITV-METROLOGIA

“Atribuir el término de «clase» a un grupo que carece de conciencia de clase o de cultura de clase y que no actúa en una dirección de clase, es una afirmación carente de significado (...) Una clase no puede existir sin alguna forma de conciencia de sí, si no, no es o aún no es una clase: es decir, aún no es «algo», no tiene ninguna clase de identidad histórica.” (E.P. Thompson <algunas observaciones sobre la clase y la falsa conciencia> Historia social 1991)

viernes 06 de mayo de 2022, 07:56h
LA PERTENENCIA A LA CLASE OBRERA por Juan Saborido Gago exVEIASA-ITV-METROLOGIA
LA PERTENENCIA A LA CLASE OBRERA por Juan Saborido Gago exVEIASA-ITV-METROLOGIA

Hemos de ser conscientes que el paso del tiempo no es en vano, que la sociedad avanza a pasos agigantados y aquellos que quieran quedarse anclados o volver a tiempos de los que no queremos acordarnos, tienen un duro proceso de transformación, que por cierto todos tenemos que realizar y en el desarrollo de este artículo explicare los motivos.

LA PERTENENCIA A LA CLASE OBRERA por Juan Saborido Gago exVEIASA-ITV-METROLOGIA

Este proceso de transformación ha de hacerse, si o si, para adaptarse a una nueva realidad emergente, por tanto, estamos ante un nuevo paradigma y en él todos los sectores sociales, económicos, políticos, religiosos, sindicales, etc. están incluidos.

Una de las cosas que estamos observando, o al menos yo percibo, es que, la mayoría de los diferentes sectores que configura nuestro sistema social, han ido perdiendo credibilidad unos por no estar a la altura de las circunstancias, otros porque la ciudadanía pierde la confianza en los representantes y otros porque les importa poco lo que ocurre a su alrededor. Esto se ve, con mucha mayor claridad en dos sectores, el político y el sindical, donde este último cada vez se pliega más a los intereses empresariales y económicos ya que sobreviven a su costa, al menos las dos fuerzas mayoritarias, donde los intereses políticos juegan un papel importante y no digamos lo de su sostenibilidad.

Existe y es real un plan que lleva funcionando bastante tiempo de forma muy satisfactoria en el sistema neoliberal, en el que ya no se lucha “de frente” ni se emplea la fuerza para vencer o dominar, por el contrario, nos hace ver a todos, que somos enteramente libres y que las fuerzas del poder (justicia, policía, economía, política, etc.) están a nuestro favor para salvaguardar nuestra libertad y seguridad.

Dicho esto, a modo de introducción, intentaré concretar la línea central de este artículo, para empezar, aclarare de donde viene el termino clase trabajadora.

¿Qué se entiende por clase trabajadora?

Ante todo, hemos de tener una cierta conciencia de este término, que por cierto no es baladí, sobre todo en los tiempos que vivimos.

El origen de lo que denominamos clase trabajadora surge con la revolución industrial y se encuentra íntimamente ligada al capitalismo.

Cuando en occidente surge la producción masiva de productos de consumo, quedándose atrás la economía agraria que pertenencia a la Edad Media, las ciudades se convirtieron en centros industrializados y los antiguos sirvientes pasaron a ser trabajadores asalariados, convirtiéndose en la emergente nueva burguesía como clase dominante.

Con esto quiero que quede claro su surgimiento, en un momento histórico importante para todos, imprimiendo un carácter importante en la sociedad, y que los trabajadores y trabajadoras no debemos olvidar, porque si lo hacemos perderemos nuestra esencia y nos diluiremos en la masa sin dar sentido a nada.

El surgimiento de nuestra clase no fue por tanto algo baladí y marcó un carácter indeleble en un momento histórico importante.

Quiero destacar a modo de ejemplo, lo que ocurrió en el mayo francés.

El 13 de mayo de 1968 estalló en Francia una huelga de masas que se extendió por todo el país y que logró romper el control sindical.

El país quedaría paralizado durante semanas. La gran burguesía entraría en pánico al ver de cara al fantasma de la revolución.

La veloz expansión y la forma de dialogo que se consiguió, coje por sorpresa a los sindicatos especialmente al PCF y a la CGT que apostaron, una y otra vez, por la vuelta a la normalidad, tanto sindical como electoral.

La burguesía del estado Frances ve que no tiene en quien apoyarse. Pero paralelamente surge el movimiento de los estudiantes que irán ganando poco a poco protagonismo siendo estos utilizados por los burgueses para socavar la huelga de los trabajadores.

Bajo las luchas llenas de folklores estudiantiles pequeños burgueses invisibilizaron a la lucha obrera.

¿Cuál fue la causa de esa pérdida paulatina de conciencia?

Habría que exponer muchos aspectos para concretizarla y enmarcarla correctamente, pero desde mi punto de vista, y el de otros analistas históricos, estoy convencido que no fue el triunfo del capitalismo, o del sistema democrático, o el neoliberalismo, lo que provocó el derrumbamiento del movimiento obrero. Ya que el capitalismo o el neoliberalismo siguen aun sin dar una respuesta real a las necesidades, sólo se reinventan una y otra vez con modelos que sólo son especulativos y que nos llevan a una precarización cada vez mayor y que de una forma muy peligrosa apuntan al enfrentamiento bélico con la inclinación hacia las extremas derechas dictatoriales.

Tampoco puedo decir que la causa sea la perdida de fe en la revolución, tan añoradas por las izquierdas, más bien se trata de una dificultad ideológica que es mucho más básica y que es central en la definición que he presentado de “clase trabajadora”: es la confianza en que las propias necesidades humanas universales, pudiesen servir de principio rector de una sociedad nueva y de un profundo cambio.

De forma clarividente Carl Marx en el 18 Brumario (segundo mes del calendario francés de la revolución) de Napoleón Bonaparte, 1852 expresó: “La revolución social del siglo XIX no puede sacar su poesía del pasado, sino solamente del porvenir. No puede comenzar su propia tarea antes de despojarse de toda veneración supersticiosa por el pasado. Las anteriores revoluciones necesitaban remontarse a los recuerdos de la historia universal para aturdirse acerca de su propio contenido. La revolución del siglo XIX debe dejar que los muertos entierren a sus muertos, para cobrar conciencia de su propio contenido. Allí, la frase desbordaba el contenido; aquí, el contenido desborda la frase.”

¿En qué punto nos encontramos?

Para esto no hay que ser un visionario sino simplemente atenernos a lo hechos que surgen de forma lapidaria y que cimientan una posibilidad cuya base se encuentra sustentada sobre el miedo y la desilusión. Miedo que es presentado de mil formas cerniéndose como un fantasma desde distintos puntos del sistema.

Desilusión ante un sistema político corrupto, una justicia que mira hacia otro lado, unas fuerzas sindicales debilitadas por la falta de credibilidad y su escoramiento hacia el poder económico.

De todo esto, tenemos ejemplos claros en todo el territorio nacional, y como no, en el territorio andaluz, que apunta desde hace unos años de forma descarada hacia una forma solapada de dictadura encubierta, precarizando la sanidad pública, empobreciendo la educación, convirtiendo poco a poco las empresas públicas en “chiringuitos privados” que trabajan para mejorar el sistema de seguridad y control como es el caso de VEIASA, apostando por desproteger los espacios considerados como patrimonio de la humanidad caso de Doñana, colocando en los ayuntamientos a personas de dudosa reputación, y un largo etc.

En el libro de Baltasar Garzón “EL FANGO cuarenta años de corrupción en España” <presenta una radiografía de los comportamientos que contribuyen a que vivamos con una sensación de ahogo> es un claro ejemplo del cáncer que se encuentra alojado en todas las esferas; curiosamente en estos días previos a la propuesta de Juanma Moreno de adelantar las elecciones aquí en Andalucía, entra mayo, junio y octubre, sale el día 4 de mayo el tercer juicio por los casos ERE. ¿es una coincidencia? ¿es una casualidad?

También es curioso, que el Director Gerente de la Agencia Andaluza de la Energía Francisco Javier Ramírez, renuncie como presidente del consejo de administración de VEIASA una semana antes de afrontar una demanda del que fue director de recursos humanos, y del director general. Después de que se presentase como un elefante en una cacharrería. ¿a qué está jugando el actual régimen PP Vox? ¿Qué clase de persona se encuentra detrás de esa carita de bonachón? Dice un refrán popular <líbreme, Dios de los toros mansos que del bravo me libro yo>

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