Ada Colau la pieza a batir para el triunfo de los independentistas

A veinte días para el hipotético referendum , las espadas siguen en alto, las afrentas también como se ha visto en El Fossar de les Morereses lugar donde yacen los caídos en la derrota de Barcelona en 1714 y lugar donde cada año se celebra la “Vetlla de la Diada”. Este sitio donde se rinde culto al independentismo se llena cada año de reivindicaciones y palabras gruesas contra la España enemiga y contra los que los independentistas consideran un palo en las ruedas del separatismo por no pensar como ellos en un acto entre emotivo, insultante y reivindicativo, donde asociaciones independentistas y partidos reivindican el proceso hacia una Catalunya independiente, mezclando republicanismo con independentismo al más puro estilo fascista.

Este año Vetlla ha servido para atacar a la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, por su inoperancia y pronunciamiento claro a favor de la independencia, por no saltarse la ley y poner los cerca de dos mil colegios electorales de la Ciudad Condal al servicio de los que haciendo caso omiso al Constitucional se empeñan en celebrar un referendum ilegal. Así los mensajes, cual dardos envenenados tenían una diana y esa diana no era otra que la figura de Ada Colau.

A día de hoy la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se mantiene en ese limbo preelectoral de indefinición. Cierto es que no se ha definido con rotundidad en contra del Proces, pero tampoco lo ha hecho a favor diciendo sí a la petición de Puigdemont y de Oriol Junqueras, o lo que es lo mismo, no ha autorizado que la Generalitad pueda disponer de los colegios electorales donde los barceloneses, como quieren los independentistas puedan ir a votar. Los separatistas saben que hacerlo sería colocar a Colau en su bando, y Colau que actuaría en contra de la ley. De ahí que sea más cómodo seguir haciéndose la remolona sin pronunciarse claramente en cuanto a su participación en la organización del 1-O.

"Leña al mono", ese sin serlo, parecía el slogan. El Mono era por encima del gobierno y los llamados partidos unionistas, Ada Colau. Hacia ella iban todas las puyas, unas más envenenadas que otras pero todas hirientes ya fuese del exdiputado de la CUP, Antonio Baños, el conseller de Presidència, del jefe de filas de ERC en el consistorio Alfred Bosch, de la secretaria general de ERC, Marta Rovira, de representantes de formaciones minoritarias como Reagrupament o Solidaritat o del exaltado Jordi Turull quién ha indicado que “No hay espacio para la equidistancia, o se está con las urnas o se está con la Guardia Civil”, ha advertido Turull a Colau.

Rovira,durante su intervención ha pedido a los asistentes que aunen esfuerzos y empiecen a “poner las pilas a los demócratas para que vayan a votar el 1-O”. “Que sepan que esto no va de independencia sí o no, sino que va del derecho a la autodeterminación, del derecho a votar e incluso de libertad de expresión”.Bosch, el portavoz de los republicanos en el consistorio, ha garantizado que en Barcelona se podrá votar con normalidad. Bosch es conocedor de las conversaciones que el Govern y su formación han mantenido con la alcaldesa para acordar entre ambos organismos como colaborará el ayuntamiento barcelonés en el 1-O sin implicar jurídicamente ni a los ediles ni a los funcionarios municipales, pero ha sido sin duda Turull el más incisivo y el más contundente con ataques continuos a Colau y a su entorno: “Menos revoluciones, menos postureo y más ceder locales públicos para poner las urnas”. “No hay espacio para la equidistancia, o se está con las urnas o se está con la Guardia Civil”, le ha dicho “Como los que perecieron el 1714 tenemos coraje, esperanza y dignidad para ganar, tenemos urnas y papeletas”.

Así las cosas, hoy los independentistas se echarán a la calle empujados por sus líderes, habrá otros que no puedan salir como los alcaldes socialistas que clara y abiertamente ya le han dicho a la Generalitad, NO. Estos son, por cumplir con la ley el enemigo público, al que de forma cobarde los miembros del Govern lanza sus hordas desde los despachos, al objeto de presionarlos y torcer su voluntad. La sangre no ha llegado aún al rio, pero de no parar esta sangría, puede llegar despues de una semana en que la Generalitat ha culminado su apuesta para convocar el referéndum y sus responsables han recibido la respuesta del Estado en forma de apercibimientos y querellas.

Hoy los catalanes tendrán su fiesta grande y la gente, la mitad de la población clamará reclamando la soberanía para Catalunya, el resto se mantendrá en sus casas, para evitar la confrontación, esperando que el estado y la justicia imponga la legalidad. En la calle estará la manifestación de la ANC y Òmnium que servirá como barómetro con el que medir la reacción del independentismo y su fuerza contra los intentos del Estado para impedir la celebración del referéndum. Puigdemont y los suyos, ya se han encargado de caldear el ambiente, en su discurso institucional en víspera a la Diada, ha prometido "que el 1-O el Govern pondrá las urnas para los que quieren una Catalunya independendiente y para los que legítimamente quieren continuar formando parte de España", pero también ha llamado a los catalanes a "celebrar la Diada activamente con el civismo y la alegría que nos caracteriza". Lo de civismo es una manera decir " a las armas" ante el aviso que lanzó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al reafirmar que "el Gobierno hará todo lo necesario para "evitar el referéndum".

Este domingo, según ha informado la Assemblea Nacional Catalana (ANC), ya se habían inscrito 400.000 personas para participar este lunes en la manifestación de la Diada nacional de Catalunya en el centro de Barcelona, que tendrá como epicentros la plaza de Catalunya y la confluencia entre el Passeig de Gràcia y la calle Aragó.

Uno de los asistentes será el propio Puigdemont, quien, a diferencia de Artur Mas, ha acudido a la manifestación de la ANC y Òmnium las dos Diadas que lleva como president. Por su lado, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no irá a la marcha, según ha dado por hecho el coordinador de Catalunya en Comú, Xavier Domènech, que sí ha avanzado la participación de otros miembros de los comuns como el teniente de alcaldía de Barcelona, Jaume Asens.