Según el estudio de la revista Nature, los vikingos llegaron a América en el año 1021.
Lo hicieron en lo que hoy es Canadá y más concretamente en L'Anse aux Meadows, Terranova.
De se así serían estos y no Colón los primeros europeos en cruzar el Atlántico.
Para corroborar esta información, los expertos han analizado las hendiduras que dejaron sus hachas en algunos árboles del norte del continente, también los restos de armas que utilizaron para cazar y alimentarse y los barcos que emplearon en sus expediciones.
El estudio confirma que "las sagas islandesas sugieren que los nórdicos participaron en intercambios culturales con los grupos indígenas de América del Norte. Si estos encuentros ocurrieron, es posible que hayan tenido resultados involuntarios, como la transmisión de patógenos, la introducción de especies de flora y fauna extrañas o incluso el intercambio de información genética humana".
El informe se basa en el descubrimiento que el investigador noruego Helge Ingstad y su esposa, la arqueóloga Anne Stine Ingstad, realizaron en 1960.
Al parecer el matrimonio noruego encontró unas ruinas que coincidían con el pequeño pueblo de Leifsbudir, en el campo de L'Anse-aux-Méduses que según estudios se trataba de un asentamiento vikingo ya que en el mismo se hallaron los vestigios nórdicos como casas de adobe, un horno y varias herramientas.