No ha habido manera de que Rajoy mencionara la palabra Gürtel. No lo ha hecho, claro que tampoco ha mencionado a Correa, ni a entonado un mea culpa ante sus inquisitoriales señorías, y no lo ha hecho según dice porque los votos de las urnas exoneran segun parece, el delito y a sus presuntos delincuentes, hacedores y partido ,que al ganar las elecciones ni a Dios deberían dar mayor explicación en el asunto del mangoneo.
Así Rajoy se atrincheró e incluso, osado él y sin un ápice de rubor y menos aún de verguenza, se dedicó a disparar, primero a la portavoz del PSOE, Margarita Robles intentando desacreditarla recordandole que ella también declaró como testigo en la Audiencia Nacional por el caso Lasa y Zabala, hecho que ha tratado de equiparar a su declaración por el 'caso Gürtel' aunque la diferencia está en que la exjuez declaró contra los delincuentes aunque fuesen de los suyos y Rajoy ante el juez defendió con su "no saber nada o desconocerlo todo", a los corruptos. Más tarde lo hizo contra Pablo Iglesias con lo de siempre, ya saben, que si Venezuela, que si Irán. La diferencia es que Podemos no ha sido imputado y su partido, el PP, lo estará y volveremos a ver a Rajoy pasar de nuevo por un juzgado, aunque sea para reirse de la justicia y para mentir como ya lo hiciera en la audiencia nacional ante un magistrado entregado y nada deseoso de poner luz.
Su comparecencia, en la que debía dar explicaciones sobre la financiación irregular en el PP, solo ha servido para decirle a la oposición, que no se va, que continuará al frente del Ejecutivo, que aunque los grupos tienen fuerza para hacerle declarar en un pleno extraordinario, el pasa de hacerlo y que a ver quiÉn tiene " huevos " para plantarle otra moción de censura y desalojarlo de la Moncloa. ¡Cuánto se estará arrepintiendo Pablito de no haber apoyado a Pedro Sánchez en su investidura! De aquellos barros, estos lodos.
Rajoy ha recordado que es cierto que la oposición le lleva arrastras a la tribuna, pero ha ironizado restregándole por los morros "al de la coleta" el fracaso de la moción de censura impulsada en junio por su partido. “Las sumas de minorías no sirve para enmendar la plana a los españoles en las urnas." “La moción de censura es el instrumento para exigir responsabilidades políticas”, ha retado, cual gallo de corral sacando pecho y mirando altanero a sus adversarios políticos desde la tribuna de oradores, consciente de que no existe quorum suficiente para desalojarle de la Moncloa. “Mi obligación es gobernar y lo seguiré haciendo para cumplir con España y con esta cámara. Es mi obligación y no voy a abdicar de ella”, ha dejado claro con ese recochineo tan propio del gallego que enerba a sus adversarios, más si cabe al recordarles que han sido 52 las veces que ha respondido por la corrupción de su partido en sede parlamentaria, 52 veces con la misma respuesta, ninguna.
Los nacionalistas viendo la oportunidad han aprovechado para justificar su alejamiento de España poniendo como escusa. ERC ha destacado que los casos de corrupción del PP han alejado a los catalanes del Estado y ha asegurado que “asumen que las instituciones españolas no tienen autoridad moral en Catalunya”. Claro que Tardá nada a dicho del tres por ciento, momento éste que Rajoy llevando el agua a su molino ha aprovechado para desviar el tema por el que había ido al congreso y salir fortalecido, al insistir en que el Gobierno “actuará con firmeza para frenar el proyecto autocrático liderado por radicales que solo traería enfrentamiento, pérdida de libertad y bienestar”.
Ante esto, el PSOE ha entrado al trapo cogiendo el camino que Rajoy quería y dejando el de la corrupción a un lado para decir que se comportará como un partido de Estado y que se alineará con el Gobierno en la respuesta antiterrorista y el conflicto en Catalunya. Menos mal que luego a vuelto al asunto que les traía al congreso y su portavoz, Margarita Robles, le ha pedido a Rajoy que “dimita por dignidad”.
El líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, le ha considerado “el mayor responsable político de la corrupción en España” y Albert Rivera, ha echado un rapapolvos a Rajoy por su escasa voluntad de impulsar medidas contra la corrupción. “Para hacer reformas hay que tener legitimidad y ganas”, aunque eso sí, también a Podemos y al PSOE, al catalogar de medida inutil la de llevar a Rajoy al congreso para que diga la verdad sobre la corrupción de su partido y su responsabilidad, cuando no ha dicho la verdad ni ante un juez.
Vistas así las cosas solo nos queda confiiar en la justicia, si es que de verdad el caso Gurtell, el Bárcenas y tantos más, se aclaran de una vez y sabemos quién ha financiado al PP, como lo ha hecho, y por qué o a cambio de qué le ha dado dinero y donde o quién se lo ha llevado.
Si (
No(
