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El velero más grande del mundo.

El velero más grande del mundo.

sábado 26 de agosto de 2017, 14:42h
El costo de su construción fue 450 millones de euros

Su propietario es Andrey Melnichenko.

Fue el quién decidió encargar el velero privado más grande del mundo que, además, él mismo diseñó. Su criatura está tomando forma en el astillero alemán Nobiskrug y en 2016 estará lista para dejar atónito a todo aquel que la vea surcar los mares. Y es que sólo con las primeras imágenes que existen del Sailing Yacht A y con los datos que han trascendido hasta la fecha sobre el proyecto, nadie duda de que se trata de uno de los grandes desafíos de la arquitectura naval. Además de uno de los caprichos más caros de la historia.

El génesis de este coloso de los mares comienza en 2008, según la publicación especializada Boat International, que ha logrado romper el secretismo que siempre rodea los proyectos de superyates. Melnichenko se reunió con ocho de los diseñadores más prestigiosos para que éstos presentaran sus ideas sobre cómo debía ser el velero privado más grande del mundo jamás concebido. El multimillonario ruso se decantó en un principio por el francés Jacques García, pero posteriormente surgieron dudas sobre el desarrollo de su diseño, siendo finalmente Philippe Starck quien se llevó los dibujos del Velero A a su estudio.

Melnichenko confía en Starck, quien ya había trazado anteriormente su superyate a motor 'A', una embarcación de casi 120 metros de eslora, botada en 2008 y que rompe los cánones establecidos de la industria náutica. El nuevo reto del diseñador es aún más espectacular, complicado y caro. Con los conceptos de diseño elaborados por el propio cliente y con un presupuesto de unos 450 millones de euros, debía crear algo único con tecnologías y técnicas nunca antes empleadas en la construcción de barcos.

"Me siento honrado y feliz de dar vida al sueño del propietario, que será la cúspide de la alta tecnología y de la poesía", ha dicho el francés a Boat International.

El Sailing Yacht A mide 143 metros de eslora -esto es, bastante más largo que un campo de fútbol- por 24,8 de manga. Sólo la quilla mide ocho metros de largo. Hay espacio para ocho cubiertas y todos los lujos imaginables.

Sus mástiles son tres de las estructuras de composite más grandes jamás construidas, siempre según la publicación náutica. De hecho, dentro del palo más largo se ha ubicado una habitación. El dueño del velero podrá invitar a pernoctar a bordo a una veintena de personas, mientras que una tripulación compuesta por medio centenar de personas cuidarán hasta el mínimo detalle.

El casco y la superestructura están fabricados en acero y composite y reforzado con fibra de carbono. La propulsión, cuando no navegue a vela, corre a cargo de motores híbridos diésel-eléctrico. Dos MTU diésel de 3.600 kW y otros tantos eléctricos de 4.300. El velero navegará a una velocidad de crucero de 16 nudos, con una máxima de 22, y tendrá una autonomía de 5.300 millas.

Se trata de un proyecto en el que están participando empresas de diferentes países; el diseño de las velas, del aparejo y la ingeniería proceden del estudio holandés Dykstra Naval; la inglesa Magma Structures se ha encargado de los mástiles; la empresa de Valencia Futures Fibres, de las botavaras y la estadounidense Doyle Sails ha fabricado las velas.

Dentro de unos meses, Andrey Melnichenko disfrutará a bordo del Sailing Yacht A, mientras el yate a motor A le espera en otro destino. Entre ambas embarcaciones el ruso habrá desembolsado cerca de 800 millones de euros, sin contar con los desorbitados gastos de mantenimiento. Una cantidad importante hasta para su fortuna, que comenzó a amasar en la década de los 90 como miembro fundador de MDM Bank, banco que contaba con cuentas de clientes de la talla de Roman Abramovich. Más adelante, sus arcas han seguido llenándose con empresas de producción de fertilizantes (EuroChem), de carbón (Suek) o de tuberías (TMK), entre otras.

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