CULTURA

Y NOS LLEGÓ JUNIO, QUE ACABARÁ Y SECARA A LA EXUBERANTE PRIMAVERA, por Pedro Alcalá

Sábado 06 de junio de 2020
NOCHE DE JUNIO...y va amaneciendo que no es poco

Si hay algo que me enamora de este sur, es que aprieta pero no ahoga.
Los días de verano te funden con su calor insoportable e inhumano .
Pero las noches, no son noches, son espectáculos para los sentidos cuando los mueve mi querido viento, ese viento cargado de frescura y sentimiento que trae el olor dulzón del jazmín y de dama de noche.
Junto con el tintineo armónico de la suavidad de hojas y sus ramas haciéndolas chocar para embelesar. A lo lejos se escucha el canto pertinaz de una nocturna rapaz, cantando, sin prisa pero sin pausa como si la noche jamás se le fuera a acabar.
Para que su amada pareja sienta su noble presencia, ¡Ay,! que viento , el que refresca cabezas y endulza como los besos de nuestras queridas abuelas y aprieta el corazón como los interminables abrazos de incombustibles abuelos.
Me quedan tantos recuerdos imperecederos, que a veces me quedo a dormitar para que mi sueño los haga realidad . Para volver a ver a esas abuelas cargadas de sonrisas, de que te pillo y te beso, de sus guiños cómplices para salvarte del castigo tras una travesura y esos abuelos , embelesados viendote y viendo el ayer suyo en tus ojos, viendo su carne y sangre reflejada en unos ojos de mico. Recordando toda una vida pasar en unos breves minutos, quizás sea eso la fuerza que nos atrapa a este mundo. El rememorar y el seguir marchando hacia delante.
Y es que la vida es así, nos ata como una gata a sus gatitos ,a esos recuerdos de niñez que embriagan en nuestra vejez .
Hoy, en esta noche de junio con cincuentitantos años, aún creo que sigo suspirando y echando bastante de menos esos mundos del ayer , porque creo ,que no hay mejor recuerdo en esta vida , que el beso increbrantable de esas abuelas y esa mirada profunda y pura , de esos abuelos que se me fueron.
Pero mi querido viento me saca de mis recuerdos y me vuelve a la realidad con una melodía lejana ,pero audible ,de un viejo grillo cantando triste y desconsoladamente a la muerte de su amiga moreda de la cual solo le ha quedado el recuerdo, un tocón a ras de suelo de lo que fue un árbol de tronco fuerte y hermoso. Vivirá en el, hasta morir cantando.
La convicción de los hombres que siegan vidas tan solo por aburrimiento, cortando árboles porque le tapan visión. Con lo fácil que es subir a un hermoso cerro y contemplar los amplios horizontes para alcanzar esa ilusión.
Un día hasta el aire que respiramos nos va a molestar.
Hay quien quiere matar ese grado de cordura que nos está faltando y destruyendo.
El viento sigue soplando, refrescando y encantando . A lo lejos , se sigue escuchando el ulular, del viejo búho del “cortijo Barón “,cantando ,a la oscura noche.
Un breve escalofrío me ha recordado, que la vida sigue pasando ... Y YO CONTANDO .