Ojeadores de Ciudadanos, PP y Vox se pasean por los platós de tv en busca de fichajes estrellas. En esta carrera por el " Y yo más" vale todo, humoristas que con un chiste alegren al personal, actores que sepan poner cara a una mala gestión, periodistas capaces de tergiversar la información, gente de la empresa cuya gestión haya incrementado las listas del desempleo y hasta toreros cuyo mayor mérito es dar la estocada con esa mano que lleva la pulserita nacional.
Los partidos buscan personajes conocidos del papel cuché, si son inútiles mejor, no vaya a salir algún listillo que te mueva el sillón, gente dócil que traigan votos y voten lo que les digan, mediocres con tirón que den la cara y no hagan sombra al jefe del clan, a ser posible con apellidos y abolengo heredado, sea gitano o marqués, con uniforme de galones o vestido con pololos y faralaes, amante de las armas sin importar que sea espada o fusil.
El desprestigio de la clase política es total y el espectáculo no ha hecho otra cosa que empezar. Dios nos libre cuando los veamos en el Got Talent del atril.