TRIBUNALES Y CORRUPCIÓN

Testigos contradicen al agente: Por qué fue absuelto el guardia civil que disparó por la espalda a un joven con una crisis de esquizofrenia.

Miércoles 13 de noviembre de 2024
Un agente de la Guardia Civil fue absuelto de homicidio por imprudencia tras disparar a Diego Martínez-Conde, un joven con esquizofrenia paranoide, durante un episodio violento en 2020. La sentencia destaca la defensa del agente ante una amenaza inminente, aunque testigos afirmaron que disparó mientras la víctima huía.

El agente de la Guardia Civil, acusado de homicidio por imprudencia tras disparar a Diego Martínez-Conde, un joven de 26 años con esquizofrenia paranoide, ha sido absuelto por la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Madrid.

En la madrugada del 20 de septiembre de 2020, un grupo de amigos se encontraba en casa de unos conocidos en Manzanares el Real, en la Comunidad de Madrid. Diego, un joven de 26 años que había sufrido una grave enfermedad durante su adolescencia, padecía esquizofrenia paranoide.

Durante esa madrugada, el joven experimentaba un episodio de descompensación de su enfermedad, según se detalla en la sentencia. Esta situación provocó que lanzara amenazas en plena calle mientras empuñaba unas pequeñas navajas. «Hijos de puta, fuera de aquí, os voy a matar«, afirmaba el joven, como se menciona en el fallo de la Audiencia Provincial.

Diversas patrullas de la Guardia Civil llegaron al lugar de manera escalonada minutos después de las acciones que se llevaron a cabo. En total, se presentaron 12 agentes con el objetivo de intentar tranquilizar a la víctima, pero no lograron su propósito.

En un instante de tensión, Diego «volvió a efectuar un giro brusco y acometió contra el acusado, empuñando las navajas».

La sentencia 332/2024 de la AP explica que «en defensa de su integridad física, (el agente) efectuó, desde una distancia aproximada de metro y medio y en posición frontal con respecto al fallecido, dos disparos seguidos». El segundo disparo, desafortunadamente, impactó en la cara interna del muslo del joven, causando la rotura de la arteria poplítea.

En los tribunales se presenta una situación extrema, donde coexisten dos relatos: las afirmaciones del guardia civil acusado y, por otro lado, las declaraciones de testigos presentes en el lugar de los hechos, quienes identifican al agente como responsable de homicidio.

En su declaración, el guardia civil acusado describe los eventos tal como se han establecido en los hechos probados. La víctima logró romper el cerco policial y salió corriendo, lo que llevó a que se realizaran cuatro disparos preventivos al aire. Luego, se dio la vuelta y amenazó al agente abalanzándose hacia él. Ante el temor de sufrir un daño a su integridad física, el agente le disparó. Esta versión fue confirmada por los demás agentes que estaban presentes.

Dos testigos de la zona afirmaron, no obstante, que el agente disparó a la víctima por la espalda mientras esta se encontraba huyendo a toda prisa.


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