El mes de octubre suele ir acompañado de múltiples eventos literarios como la Semana de Novela Histórica en Cartagena, la celebración del día de Santa Teresa, el día de las escritoras, el de las bibliotecas y múltiples ferias del libro que, en mi caso han resultado especiales porque mi cuarto libro (y primer poemario) ha visto la luz en las ferias de Majadahonda y Cartagena gracias a la editorial madrileña El Desván de la memoria.
Ha sido precisamente en la feria literaria de la ciudad departamental, donde he conocido personalmente a Laura Conesa que, como yo, ha publicado su primera compilación de poemas con la editorial de Ramón Alcaraz.
Conocernos a través de las redes desde hace unos meses y coincidir en la caseta número 11 de la Feria del libro de Cartagena nos ha permitido no sólo intercambiar impresiones y risas sino también poemas y hoy, después de haber terminado de leer su Poemas y poemenos, siento la llamada del teclado para compartir estas impresiones personales que, en ocasiones comparto con los lectores de Nuevo Diario.
Laura Conesa dice que para ella el poeta tiene la cualidad de crear algo admirable y al leer esta frase me he preguntado si todos los versos que andan sueltos por las páginas de poemarios diversos son poesía. Coincido con mi compañera en la reivindicación de la exquisitez del verso y en la posibilidad de crear sin reglas preestablecidas un lenguaje poético que, para mi admirada María Zambrano, se convirtió en la razón de ser que debería imperar en el mundo.
Leo en la página nueve "Maravillas en el país de Laura" y descubro un homenaje a tantos títulos inmortales con los que ella ha podido crear un poema que ya podemos admirar. Continúo y tengo que releer varias veces, sin que me quede claro, si "Somos" es un homenaje a la vida de dos o un lamento por algo que quedó en el pasado. Las dudas, esas dudas que Laura va planteando a lo largo de su poemario, dejan de ser dudas cuando nosotros mismos podemos ofrecer nuestras propias respuestas y es entonces cuando empieza una complicidad entre lector y autora que va mucho más allá de lo que se lee porque sigue siendo admirable.
A lo largo de sus páginas veo títulos de poemas que coinciden con los míos: Renacimiento, Azul, La espera… Y ahora soy yo la que se pregunta si todos los que escriben poesía coinciden en las fuentes de su inspiración o si entre Laura y yo hay una conexión especial que empiezo a descubrir no sólo en esos títulos sino en las secuencias que dedica a las palabras en su poema Parole y en los muchos registros que ofrece para deleite de quien la lee.
Cualquiera que lea Poemas y poemenos se verá reflejado en muchas de sus páginas; en las esperas que tantas veces has sido parte importante de nuestras frustraciones; en esas miradas que llegan a congelar el tiempo; en los olvidos, las culminaciones o en ese nuevo "yo" que la vida y nosotros mismos vamos creando con el tiempo. Comprendemos mejor sus versos cuando nos vemos reflejados en ellos y extrapolando lo que la autora siente a lo que a veces nosotros hemos sentido. Es, en cada uno de esos momentos, cuando nos identificamos con la autora y disfrutamos de su lectura.
Sin embargo, conforme avanzamos, nos siguen surgiendo preguntas que espero me responda ella misma en persona, porque, entre lo desenfadado del poema Broemas y la profundidad de su Minihistoria, da la impresión de que Laura, como yo, como muchos, se mueve entre el humor, la nostalgia, el dolor, el olvido, el sufrimiento, el autoexamen y una existencia que hace de sus poemas un algo admirable.