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Desmantelan organización criminal en Sevilla que mantenía a 13 mujeres como esclavas

Lunes 21 de octubre de 2024
Las víctimas eran forzadas a cuidar ancianos sin descanso, mientras sus familias en Colombia eran amenazadas por deudas. Se desmanteló una organización criminal que las reclutaba en su país.

En Sevilla, 13 mujeres colombianas que habían sido víctimas de explotación laboral han sido liberadas por la Policía Nacional. Estas mujeres eran forzadas a trabajar como internas cuidando ancianos, sin ningún tipo de relevo, durante las 24 horas del día. Además, se ha llevado a cabo la detención de ocho personas implicadas en la trata de seres humanos, de las cuales siete fueron arrestadas en Sevilla y una en Cádiz.

Según un comunicado de la Policía, las familias de las víctimas en Colombia eran amenazadas por la organización si no cumplían con el pago periódico de una deuda. Como resultado, algunas de estas familias se vieron obligadas a abandonar sus hogares y a trasladarse a otro país debido a su incapacidad para realizar los pagos.

Al enterarse de la presencia de múltiples víctimas de trata de seres humanos en Sevilla, la policía comenzó su actuación. Estas víctimas eran forzadas a cuidar a personas mayores durante todo el día, lo que llevó a los agentes a desmantelar una organización criminal encabezada por una familia colombiana que se dedicaba a la explotación laboral de sus compatriotas.

Aprovechando la situación de extrema necesidad de las víctimas, el entramado criminal las reclutaba en su país natal, Colombia, ofreciéndoles empleo en el cuidado de personas dependientes.

Las víctimas eran transportadas en avión desde su país de origen, con el costo del viaje cubierto por la organización, que también les hacía firmar un reconocimiento de deuda por diferentes montos, los cuales tendrían que pagar más adelante. Al llegar a España, se hacían pasar por turistas y recibían apoyo económico de la organización para demostrar que contaban con medios de vida, además de un billete de regreso que era cancelado al momento de su llegada.

Tras su llegada a Madrid, las mujeres eran llevadas a Sevilla, desde donde se enviaban a diversas localidades de la provincia. Allí, eran alojadas y sometidas a explotación laboral bajo la vigilancia constante de la organización.

En ciertos casos, la presión sobre las víctimas para que pagaran sus deudas surgía a raíz de un retraso injustificado en la obtención de empleo. Por esta razón, los integrantes de la organización recomendaban a estas personas que se dedicaran a la prostitución como una forma rápida de saldar lo que debían. Asimismo, la organización imponía una comisión por su ayuda en la búsqueda de trabajo, lo que incrementaba aún más la deuda ya acumulada por el traslado.

Se realizaron tres registros en Sevilla y se llevó a cabo una inspección en un restaurante de Zahora, Cádiz, durante la investigación. En total, se intervinieron ocho teléfonos móviles de alta gama, así como 4.000 euros en efectivo y documentación vinculada al caso.


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