A seis kilómetros de la ciudad de Murcia, en las estribaciones de la sierra de Carrascoy, en el ámbito de la pedanía de Algezares, se encuentra el Santuario de la Patrona de Murcia.
Trae su origen de una pequeña ermita medieval al cuidado de la cual hubo desde el principio un ermitaño que habitaba en sus inmediaciones.
A finales del siglo XVII, en 1694, comenzaron las obras de la nueva iglesia, obras que se prolongaron a lo largo del primer tercio del siglo XVIII, dando como resultado el actual Santuario de la Fuensanta.
Pero fue, sobre todo, a partir de 1808 cuando autoridades y pueblo invocaron a Dios “por la mediación de nuestra Patrona la Madre de Dios de la Fuensanta”.
Sería ya en la mañana luminosa del 24 de abril de 1927 (ahora se han cumplido 97 años), cuando, en una solemnísima celebración, María de la Fuensanta fue coronada canónicamente y aclamada por Reina y Patrona de Murcia.
El refrendo definitivo de la Jerarquía de la Iglesia llegó el año 1955, con el Decreto de la Sagrada Congregación de Ritos, concediendo y confirmando la elección de la Santísima Virgen, bajo el título de la Fuensanta, como Patrona Principal de la ciudad de Murcia.
Dos son las bajadas que la Virgen de la Fuensanta realiza todos los años desde su Santuario a la Catedral. La primera, el jueves de la primera semana de Cuaresma, para celebrar el Aniversario de la Coronación.
La sagrada Imagen permanece en Murcia hasta el martes de la tercera semana de Pascua, en que regresa al Santuario.
Con la llegada de la Morenica a su casa del monte concluyen los cultos anuales que se celebran en la ciudad, pero continúan en su Santuario.
Cercanos al mes de mayo, íntimamente ligado a la devoción mariana, la Santísima Virgen de la Fuensanta recibirá la visita de sus hijos venidos de toda la Región de Murcia.