El acuerdo de gobierno entre el Partido Popular y Vox en la Comunidad Valenciana venía fraguándose de forma discreta desde hace tiempo.
El PP ha venido mintiendo desde el principio pues a pesar de que ayer se mostró como un acuerdo exprés entre Carlos Mazón, futuro presidente de la Generalitat, y el candidato de Vox, Carlos Flores Juberías, no es cierto, las negociaciones empezaron tan solo un día después de conocerse los resultados electorales, aunque previamente ya existía un prepacto entre los dos líderes de PP y VOX.
Es por ello que aunque aunque algunos medios como es el caso de " La Razón" periódico de cabecera del PP se desgañite con Marhuenda al frente, queriendo dar a entender que la noticia de este pacto fue recibida por sorpresa por miembros del Comité de Dirección de PP y por numerosos líderes regionales y provinciales , no es cierto, y menos aún se trata de un cambio en la estrategia definida por Alberto Núñez Feijóo durante las elecciones generales.
Fuentes delm PP consultadas informan que días antes de las elecciones Feijóo y Abascal ya habían mantenido discretos contactos en los que hubo un prepacto para gobernar en aquellas ciudades donde la suma de concejales de ambos partidos pudieran sacar de los gobiernos municipales al PSOE.
Ayer Mazón explicó que Feijóo le había llamado para felicitarle por su pacto con el partido de Santiago Abascal. Y dijo textualmente: "Feijóo me ha trasladado su felicitación por haber podido darle un gobierno estable, un gobierno de cambio a la Comunidad Valenciana. Hemos bromeado con algo que, para el presidente Feijóo y para mí, es un plan: hay cambio en la Comunidad valenciana y, por tanto, el cambio en España está más cerca".
Es evidente que el pacto va en la dirección contraria a la definida por Génova de cara a la opinión pública, pero realmente es así. "Nunca ,en ningún momento esto fue así" aseguran fuentes populares," había un pre-pacto con Vox antes de las elecciones para echar a los socialistas de allí donde pudiéramos" aclaran.
Si recuerdan desde Génova el discurso postelectoral consistía en presentar al PP como un partido moderado y capaz de lograr una mayoría amplia a nivel nacional que le permitiera gobernar en solitario sin tener que depender de Vox, es más Feijóo trazó incluso unas "líneas rojas" que Borja Sémper trasladó al conjunto de la ciudadanía y que hoy se ha demostrado que no eran otra cosa que papel mojado.
Lo claro y evidente es que el partido de Abascal gobernará en Valencia y que la línea a seguir no es otra que la que viene llevando a cabo en Castilla- León, algo en lo que al PP ostentando el sillón presidendial de la comunidad, no parece poner inconvenientes, tras el cambio de cromos respecto al candidadto de VOX condenado por violencia machista, un paripé de decencia que el PP pretendía tapar con Sémper poniendo la cara en las ruedas de prensa, donde, si recuerdan, el vasco se mostraba en contra de un posible pacto entre el PP y Vox en Valencia. Una voluntad ficticia que, sin embargo, hoy es es ya una realidad que coloca al PP tan cercano a VOX que parecen un solo partido.
En este acuerdo el PP ha cedido a Vox la presidencia del parlamento autonómico y tres consejerías, las cuales podrían ser de Educación, Asuntos Sociales y Agricultura.
Sin embargo , lo peor está aún por llegar ya que el acuerdo en Valencia ha sido tan solo la punta del iceberg de un pacto general para 135 ciudades más, donde la ultraderecha podrá seguir agitando la bandera del odio contra los distintos colectivos en los que ha fijado su acción política, utilizando las concejalias de seguridad ciudadana como punta de lanza y como en Castilla- León con Gallardo en cabeza buscará una constante confrontación.