En estos días de fastos y ofrendas, donde la pandemia es aún más cotidiana, la televisión continúa con sus mensajes publicitarios que abrumadoramente colapsa la pantalla con perfumes y aguas olorosas. Sin embargo, ahora que el contacto cercano no es recomendable, las emanaciones de esos tarros suntuosos deberán emanar como ambientadores para ser percibidos. Aunque claro, algunos ya lo eran. En esto de los anuncios del olfato, aparecen individuos con cánones de belleza apolínea: en caballos, en barcas, emergiendo del mar o andado descalzas por un desierto. Esto deberá vender para justificar las carísimas recomendaciones publicitarias. Sin embargo, no existe elixir más embriagador que la Lectura.
¿Por qué no se unen las editoras y lanzan campañas publicitarias para trasmitir que leer y releer es una manera de reinventar la lengua heredada, apostar por la alternancia de otra vida a la nuestra , es viajar dentro y fuera de nosotros, es otra oportunidad de soñar, de imaginar, de conocer?. En los textos encontrarás historias maravillosas, diversas, distintas, donde caben todos los cánones, donde al deslizar con un dedo la página siguiente, interactúas con el autor o autora de la obra, sin distancias ni época.
El libro que visualices, es único para ti, la autoridad del texto primitivo del / la escritor/a se trasforma porque tú le pones un nuevo contexto. ¿No es mágico?
En estas fiestas, regala libros… huelen a imaginación.