NACIONAL

Los homófobos de la ultraderecha ya tiene argumentos para seguir atacando al colectivo LGTBI por culpa de un imbécil

Jueves 09 de septiembre de 2021

Cuando el joven de 20 años y nacionalidad española, denunció ante la Policía Nacional que un grupo de ocho encapuchados le había acorralado en su portal y le había marcado con un filo la palabra "maricón" en los glúteos no imaginó la repercusión que su acción tendría y el daño que le haría al colectivo LGTBI después de que ayer conociésemos tras el interrogatorio policial, que se lo inventó todo.



El joven denunció ante la policía haber sufrido un ataque homófobo en el portal de su casa busca cargar la responsabilidad en los medios: " Lo habéis tergiversado todo" ha dicho después de declarar ante la policía que cuanto se inventó respecto a la agresión era mentira y que no hubo ni encapuchados, ni ataque, ni agresión, que las marcas en su gluteo con un cuchillo fue una acción consentida enmarcada dentro de un acuerdo sexual con prácticas masoquistas.

El interrogatorio llegó después de que la policía diera al relato poca credibilidad, ya que en ninguna de las cámaras de seguridad de la calle donde dijo que se había producido la agresión, aparecía el grupo que había descrito como autor de la misma, ni tampoco personas ataviadas con las vestimentas que había descrito.

Una vez conocida la verdad la conmoción en la comunidad LGTBI ha sido grande. Y todo ello para esconder una infidelidad ante su pareja después de practicar sexo con dos hombres y aceptar la practica masoquista que posteriormente denunció como una agresión cuando no era otra cosa que un acto consentido.

Fue su propio novio quien le invitó a denunciar al creer su historia, además de la enfermera que le asistió quien siguiendo el protocolo de agresiones, lo puso en conocimiento de la policía.

Un dato importante ha sido el despliegue de medios por parte de la policía para poner luz en este asunto. Recordemos que en estos días un numeroso grupo de agentes, una treintena, de la Policía Judicial de comisaría Centro y de la Brigada Provincial de Información que han visionado cintas, interrogado a comerciantes y vecinos de la zona e investigado a numerosos grupos de ideología xenófoba, después de que el joven denunciara y asegurara que no conocía a los autores de su agresión.

"Se me había ido de las manos, solo quería tapar lo ocurrido para que no se enterara mi novio", confesó dando por finalizado el caso y a la espera de que actue de oficio la Fiscalía.

Así, si el Ministerio público considera que ha denunciado falsamente el denunciante pasaría a convertirse en denunciado y podría enfrentarse a una pena de prisión de seis meses a dos años y multa de doce a veinticuatro meses, siempre que se imputara un delito grave, con una pena de multa de doce a veinticuatro meses, si el juez considera un delito menos grave o con la pena de multa de tres a seis meses, si se imputara un delito leve.

Pero al margen de las repercusiones judiciales que el caso pueda tener están los argumentos que este estúpido joven le ha dado a los grupos que denigran al colectivo LGTBI a los que les tanto ha costado conseguir sus derechos.