NACIONAL

EL FASCISMO NO PUDO CON VALLECAS

Tres centenares de seguidores del partido de ultraderecha dejan el barrio de Salamanca para acompañar a Abascal.

Fue Abascal el que prendió la mecha y encendió los ánimos de los manifestantes nada más llegar provocando los disturbios más graves y la primera carga policial al aproximarse a la gente sabiéndose fuertemente protegido.

Jueves 08 de abril de 2021

Ayer todo un barrio unido dijo no a los provocadores. Abascal sabía lo que hacía por lo que acompañado de algunos de los líderes de su partido y arropado por un grupo de seguidores, el líder de Vox se aproxima hasta la primera fila de los manifestantes, sin que la policía hiciera nada y consintiera la provocación.

Sin embargo Vox no consiguió subyugar a los vallecanos a pesar del empeño de sus líderes y de los cientos de policías que acudieron para que el partido de ultraderecha pudiera iniciar su campaña en la mítica "Plaza Roja" del barrio madrileño, símbolo de la lucha obrera.

Eran apenas trescientos los ultras de la derecha, la mayoría venidos del barrio de Salamanca los que se concentraron en la Plaza de la Constitución para ver mover la boca a su lider cuya voz no llegaba hasta los concentrados entre el griterío y los abucheos de todo un barrio, que en masa acudio al lugar para enfrentarse al agravio de un partido que tiene por objetivo el enfrentamiento y la división.

Pero lo importante para Vox al que las encuestas lo dejan fuera de la Asamblea de Madrid no era lo que Abascal , Ortega Smith, Olona o Monasterio pudieran decir sino el acto en sí. El objetivo era provocar a todo un barrio obrero sabiendo que estaban fuertemente protegidos por la policía, de la que es parte ese sindicato tan cercano a ellos como es Jusapol y llamar la atención de los medios demostrando esa valentía que no tuvieron al esconderse tras los uniformados.

A vox le avala la legalidad pero no le avala la razón, Vox sabe que la policía cumpliendo la legalidad debe procurar que el partido de ultraderecha pueda utilizar los micrófonos en aras esa democracia que el fascismo utiliza y viene manoseando a su antojo contra aquellos a los que ayer pretendían pisotear.

Vox no esperaba que estos pudieran alzar tan fuerte la voz, convirtiendo en susurros sus palabras.

Antes del choque de ambos grupos y de que la policía se viera obligada a intervenir, Abascal en vez de dirigirse al atril enciende la mecha al dirigirse a la masa de gente que estaba tras el cordón policial, para colocarse a un metro de ellos aunque detrás de la policía y encararles.

Los cerca de 200 efectivos de Policía Nacional sabían a lo que se enfrentaban y sin embargo no impidieron al lider de los ultras esa provocación. Abascal conocía que se había establecido un dispositivo con varias líneas defensivas en torno a la tribuna desde la que pretendía dirigirse a los suyos, conocía además que en las calles aledañas y en las bocas del Metro un numeroso grupo de agentes identificaban a cuantos se dirigían al lugar, registrandoles y registrando mochilas y bolsas. Abascal sacó pecho, por doquier podían verse furgones policiales y hasta un helicóptero vigilando desde arriba los movimientos de los vecinos.
Y todo este despliegue para qué, para permitir que utilizando la "legalidad" un minúsculo grupo de fascistas pudieran llevar a cabo un acto político en un lugar de gran simbología para la izquierda.
¿Qué hubiera hecho Vox si Podemos hubieran llevado a cabo su mitín a las puertas de Mingorrubio, lugar en el que descansa su añorado dictador?
A las nueve de la noche acababa todo con 2 detenidos y 34 heridos, nueve de ellos fueron trasladados al hospital, 20 de ellos son agentes de policía, y todo gracias al empeño del lider de Vox incapaz de conseguir lo que pretendía; ser escuchado.
Que Abascal busca elevar la tensión de esta campaña electoral es evidente y lo hace de esta forma porque en su argumentario no aporta nada nuevo.
Como de costumbre en su discurso estarán los menas culpables de la inseguridad en las calles, los inmigrantes y la necesidad de deportarlos a ser posible en caliente, la depravada izquierda con "el coletas" antes de Vallecas y ahora de Galapagar en su entrecejo, el malvado Marlaska que utilizando al coronel Pérez de los Cobos quieren eliminar, y como no, el okupa Pedro Sánchez al que si pudieran sacarían con las armas de Moncloa.

Abascal lo único que consiguió fue que nadie, ni siquiera los suyos más pendientes de lo que sucedía, escucharan sus soflamas, y que los informativos lejos de interesarse por sus mensajes, solo hablaran de lo caro que ha resultado su provocación.

Ayer el barrio obrero de Vallecas le dió una gran lección a Vox.

Gabriel Sánchez