“La Diputación del Llano del Beal cuenta con unos 2.300 vecinos, de los que alrededor de 400 son niños. Todos los habitantes están sometidos a una enorme toxicidad derivada de la presencia de residuos mineros peligrosos sobre los que no se han acometido labores de restauración alguna. Esto demuestra una falta de interés y una más que probable falta de diligencia por parte del Gobierno Regional. Recordemos que existen leyes y reglamentos nacionales, así como diversas directivas y reglamentos comunitarios en la materia que son de obligado cumplimiento”.
La presidenta de Somos Cartagena – Somos Región, Ana Belén Nicolás, ha realizado una visita por todas las zonas afectadas en el Llano del Beal y Portmán acompañada por el científico, edafólogo y geógrafo, José Matías Peñas que explicó que “los suelos están afectados por unas elevadas concentraciones de plomo y otros elementos, tales como arsénico, cadmio, zinc, manganeso, cobre, mercurio e incluso uranio, lo que está provocando una merma de la calidad de sus vidas, siendo responsables de la prevalencia de enfermedades tales como cáncer, alzheimer, parkinson, nefropatías e insuficiencias renales tal y como apunta la comunidad científica y la propia Organización Mundial de la Salud (OMS)”.
Las peores consecuencias, sin embargo, son para los niños y niñas que, en pleno desarrollo, se encuentran expuestos al plomo, que circula por su sangre, dando origen a trastornos del desarrollo neuro-cognitivo como pérdida de coeficiente intelectual, autismo o asperger, entre otros.
Para Nicolás, “es normal que entre los vecinos de El Llano, exista una alarma social porque no sólo se encuentran expuestos a la contaminación de los suelos sino también a la del aire, en el que se encuentran suspendidos en forma de partículas PM 10 y 2,5 los residuos mineros peligrosos que, a diario, son transportados por la acción del viento alcanzado el interior y exterior de sus viviendas, espacios de recreo, instalaciones deportivas y centros educativos. Hemos podido comprobar que existen focos de alto nivel contaminante en el pueblo originados por escombreras, escoriales de fundición, balsas y los cauces de la Rambla de Mendoza y la Cañada, que también arrastran hasta el Mar Menor los residuos peligrosos de esta actividad minera abandonada”.
Por todo ello, Ana Belén Nicolás exige urgentemente al Gobierno Regional y Local un “Plan de descontaminación y recuperación de los suelos contaminados, así como un Plan semestral de seguimiento de la salud de los vecinos. Es vergonzoso y negligente cómo las diferentes administraciones han abandonado, a su suerte, a los vecinos del Llano del Beal en algo tan vital como es la salud de un pueblo entero”.