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EL INCOLORO:" Comidillas urbanas", por Jerónimo Martínez

EL INCOLORO:' Comidillas urbanas', por Jerónimo Martínez
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domingo 20 de septiembre de 2020, 11:16h
EL INCOLORO:' Comidillas urbanas', por Jerónimo Martínez
No hay mejor cosa que sentarse diariamente en la terraza de tu café-bar preferido al finalizar la mañana, fronteriza con la tarde, para conocer de primera mano y muchas veces de segunda y hasta tercera versión, todo o casi todo lo que se cuece en tu círculo más cercano. En muchas ocasiones, por no decir la mayoría, las fuentes suelen ser fiables porque provienen de gentes doctas que diariamente se enfrentan a la realidad diaria de sus respectivas profesiones.

En estas reuniones o encuentros se escuchan cantidad de sucedidos a los que cada uno le añade su dosis de imaginación para hacer más amable el relato con objeto de que el mensaje pueda llegar de la mejor manera posible a fin de evitar posibles confusiones difíciles de reparar posteriormente.

Palabras, oraciones simples, compuestas y hasta yuxtapuestas conforman un auténtico río de oratoria distinta y diversa sobre la materia a debatir por parte de los reunidos, que como suele ser habitual suele concitar el consenso de los contertulios.

Así, anécdotas por doquier y frases jamás escuchadas por su hondura emanan del grupo en torno a una buena cerveza fría o un vino regional o nacional, acompañado de los productos típicos culinarios, se suceden incesantemente. Recientemente se ha podido escuchar como la reyerta o pelea con arma blanca puede convertirse en una herida profunda donde se sitúan las zonas nobles de las personas, y si retrocedemos un pelín en la memoria podemos confundir hasta la lectura de una receta médica y su tratamiento. Como estas dos pueden oírse “a puñados”.

Y eso por no descender a los infiernos políticos y repasar la actualidad donde cada uno defiende vehementemente sus ideas frente al siempre poseedor de la verdad absoluta que no transige ni con una Estrella o un Ribera en la mano para desesperación de los supuestos adversarios. Ahora, con el virus aumenta la tensión para posicionarse a favor o en contra de los dirigentes que conducen esta desagradable coyuntura sanitaria. Aquí aparecen palabras gruesas para ejercer la acusación o convertirse en defensores de la causa pandémica.

En definitiva, se trata de reunirse con tus gentes, a las que aprecias y llegas también a querer con el paso del tiempo y desengrasar los malhumores mañaneros. Y entre estas gentes siempre hay un líder o últimamente lideresa que es la que suele emitir la siempre necesaria doctrina influyente.

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