Así, hace días asistí a la proyección del documental “Paco, mi padre”, rodado en 1992 con guión de Benito Rabal y que sirvió para conmemorar el decimonoveno aniversario del fallecimiento del inolvidable actor aguileño. El acto tuvo lugar en el Casino de Águilas, que acaba de comenzar una nueva era de actividades culturales bajo la presidencia de Miguel Ángel Roselló, que ha fichado para conducir esta etapa a la Historiadora del Arte y gestora cultural aguileña Clara Sánchez Baldó, que a lo largo del verano a punto de concluir ha organizado un interesante ciclo de actividades diversas todas ellas interesantes y que han gozado del interés general.
En esta actividad también colaboró el veterano Cine-Club aguileño, con su máximo exponente Pedro Albentosa, otro importante y veterano activo en el mundillo del cine local, incansable en su quehacer en pro de la defensa del sector.
Al concluir la sesión tuvo lugar un interesante coloquio donde participaron todos los asistentes, quienes sucesivamente expresaron su desazón por la falta de un festival, semana o seminario de cine que sirva para poner en valor el potencial de Águilas en este importante aspecto cinéfilo para convertirse en referencia regional y por ende en un reclamo nacional para todas las gentes del cine, enmarcado en un proyecto apoyado por el Gobierno local a instancias de los expertos que conocen los entresijos de este complejo entramado que representa el cine.
Creo que sería importante por parte de la Administración municipal presidida por Mari Carmen Moreno propiciar con todas las partes implicadas un evento como el apuntado al comienzo de esta columna y celebrarlo en Primavera, estación ideal para este tipo de acontecimientos.
Si (
No(
