nuevodiario.es

CRONICAS DEL CONFINAMIENTO: PUNTO Y FINAL, por Beatriz Rodríguez, periodista

CRONICAS DEL CONFINAMIENTO: PUNTO Y FINAL, por Beatriz Rodríguez, periodista
Ampliar
domingo 21 de junio de 2020, 10:23h
CRONICAS DEL CONFINAMIENTO: PUNTO Y FINAL, por Beatriz Rodríguez, periodista
Hace exactamente 99 días comencé a escribir las “Crónicas del confinamiento” y lo hice única y exclusivamente para mis amigos y como válvula de escape. La situación me sobrepasaba y no daba crédito a lo que estaba sucediendo. Como todos los españoles me vi encerrada en mi casa y ante toda una serie de incertidumbres que se me escapaban. A mí y a todos, porque esta pandemia estuvo descontrolada mucho tiempo.

Hastiada y cabreada (con perdón) con la laxitud del Gobierno, los primeros días empecé a escribir lo que yo llamaba mis “escupitajos matutinos”, estas pequeñas reflexiones en las que mostraba mi pesar y mis ganas de decir a nuestros gobernantes lo mal que lo estaban haciendo. No soy política ni médico ni economista. Soy Periodista, una profesión denostada, poco valorada y en la que no siempre nos dejan decir lo que pensamos pero, sin embargo, maravillosa.

Como ama de casa “confitada” viví lo mismo que todas las madres, la vuelta de los hijos al hogar, más compra, más comida, más trabajo y todo ello con el estrés añadido que supone no salir de estas cuatro paredes donde los malos humores de todo el mundo se han ido acumulando. Tiré del refranero español, que me encanta, del cine y la música para expresar cómo me sentía. Fui “Bridget Jones” en mis peores momentos de dejadez mientras veía a mis hijos “perdidos en su habitación”, como cantaba Mecano y yo me sentía atrapada en casa como Tom Hanks en “La terminal”.

Gracias a Dios de todo se aprende y a todo hay que buscarle un lado positivo y esto ha sido un tiempo para estar en familia, para leer, para rezar más y para valorar la suerte que hemos tenido en la vida, que no es poca.

No ha sido fácil y he tenido momentos de flaqueza y debilidad, días en los que se me saltaban las lágrimas viendo los informativos y días en los que quería echarme a la calle a protestar cunado aún no nos dejaban salir. Y lo hice. Salí a defender la libertad, la bandera de mi país y mis derechos. Estaba harta del bozal, la mascarilla la seguiré llevando mientras sea necesaria pero no me callarán.

Surgió la oportunidad de publicar mis crónicas y para mí fue un orgullo personal que no económico. Los que me leíais, comentabais a diario aunque eso también se fue desinflando como los aplausos. De todo nos cansamos. He intentado escribir con ironía, con firmeza y con sentido del humor; todo ha ido ligado a mi estado de ánimo. Desde aquí quiero pedir perdón si en algún momento he podido ofender a alguien con mis comentarios, espero no haberlo hecho y que quede claro que son mis opiniones personales.

Para mí ha sido todo un lujo poder escribir a diario durante estos 99 días y que tanta gente comentara mis crónicas. A fin de cuentas llevo una vida muy normal, de ama de casa y madre de familia, orgullosa mujer de militar y Periodista ocasional, aunque lo sea de carrera, cuando los destinos lo permiten. Ahora llegan a su fin y no quiero hacerlo sin pediros una oración por todos los que se han ido, entre ellos mi primo Rafa. Que nunca olvidemos este desastre, ni la crisis económica que nos deja. La historia no se borra sino que se aprende de ella.

Feliz de haberos hecho pensar, reflexionar, entreteneros y reír, me despido con una sonrisa y la esperanza siempre puesta en el futuro.

Nota del editor: Nuestro más sincero agradecimiento a Beatriz Rodríguez por sus artículos en nuestro digital, cuyo reconocimiento puede apreciarse en los cientos de comentarios llegados a esta redacción por parte de los lectores.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
20 comentarios