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Y LA NOCHE LLEGÓ AL PLANETA DE LOS DOS SOLES por Sonia Mª Saavedra de Santiago

Y LA NOCHE LLEGÓ AL PLANETA DE LOS DOS SOLES por Sonia Mª Saavedra de Santiago
martes 24 de marzo de 2020, 11:22h
Y LA NOCHE LLEGÓ AL PLANETA DE LOS DOS SOLES por Sonia Mª Saavedra de Santiago
Imaginaros un planeta con dos soles. Es un planeta muy parecido al nuestro, pero como ya os he dicho, tiene dos soles.

En el planeta de los dos soles, hay personas, animales, y plantas. Todos ellos son muy parecidos a los de la Tierra, pero las personas están más bronceadas, los animales duermen
poco, y las flores, con sus pétalos alargados y poco abiertos, son más estrechas que las nuestras.

Al tener dos soles, la noche es algo muy raro que sucede cada tres meses; y no es azul marino como la que nosotros vemos todos los días con su luna y sus estrellas, sino que es de color gris como nuestra tarde.

En el Planeta de los dos soles, tan sólo una vez al año la noche es oscura como la nuestra, y sus habitantes lo festejan con fiestas y comidas familiares Tim, nuestro protagonista está muy alborotado, pues desde hace unas semanas, los días son menos claros, y le han dicho que pronto verá una noche oscura y estrellada.

- Mami: ¿Qué es la noche? Mami, tapándose los ojos con sus largas y elegantes manos, contesta: - La noche es un momento de poca luz.

- Y a ti, papi, ¿te gusta la noche?

- Yo prefiero la claridad del día, pero la noche es… misteriosa y, además, suele adornar el cielo con un montón de lucecitas que se llaman estrellas.

- ¿Y qué son las estrellas?

- Las estrellas son unos astros que solemos ver como puntitos luminosos- contesta su madre. Tim, insistiendo en su interrogatorio, pregunta de nuevo:

- ¿Y qué son los astros mami?

- ¡Uf!, yo no soy astrónoma, pero podría decirte que los astros son unos cuerpos celestes, Umm…, como unas rocas gigantes, que flotan en el cielo y que parecen bombillas.

- ¿Bombillas? ¿Pero cómo se encienden?

- Para encenderse no necesitan interruptor, sólo necesitan que llegue la noche para que observemos su luz; pero por favor, no me hagas más preguntas que no voy a saber qué contestarte.

Como veis, Tim, que tiene cuatro años, está muy nervioso y quiere saber muchas cosas. Para él la noche es una experiencia que no recuerda. La percibe como algo nuevo, misterioso, oscuro y con estrellas. Le tiene inquieto, y en sus horas de sueño ha empezado a tener pesadillas.

- ¡Mamáaa! ¡Qué viene la noche! ¡Mamáaa!- grita a veces Tim en la mitad de su sueño.

Mami acude a su cama y le dice: -No tengas miedo. Cuando veas la noche te gustará, y ese día, para celebrar la visión de tantas estrellas, te haré un bizcocho de chocolate.

Tim debía imaginarse la noche como una cueva, como la boca de un lobo o como la profundidad del mar, pero, por fin, después de unos días sombríos, llegó la noche oscura.

Sucedió entonces que los animales dormían más, las flores estaban más abiertas, y el cielo, ese cielo tan azul que él conocía y que en los últimos días se había vuelto tan gris, apareció plagado de luces que dibujaban un mapa luminoso de estrellas flotantes. Primero se iluminó un puntito, luego otro, luego otro, y así hasta completar un maravilloso paisaje de luces.

- Mamá, me gusta la noche, exclama Tim al dirigir su mirada al cielo.

En ese momento, desde lo alto de la terraza de su casa, besando la mano de su pequeño, la mamá de Tim declara: - ¿sabes una cosa Tim? Hay que esperar a la lluvia para ver el arco iris, esperar al viento para ver las olas del mar, y HAY QUE ESPERAR A LA NOCHE PARA VER LAS ESTRELLAS.

Asomados a las barandillas de terrazas y ventanas, Tim, sus padres y la mayoría de niños, niñas, padres y madres del Planeta de los dos soles, permanecen extasiados contemplando el maravilloso regalo de una noche estrellada.

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