Un juzgado pide que declare el capitán del barco en el que huyó Antonio Anglés presunto asesino de las niñas de Alcáser

Fue el 23 de marzo de 1993. La tripulación reconoció a Antonio Anglés, estaba a bordo. Lo detuvieron y lo encerraron en un camarote del que escapó para echarse al mar en un bote salvavidas.

Sin embargo no pudo huir pues volvieron a atraparlo, pero sin que el capitán lo haya podido aclarar, Anglés desapareció.

Todo esto lo contó el capitán de aquel barco. Su nombre es Kenneth Steven y rompió su silencio en 2018 delante del los periodistas de "Equipo de Investigación, el programa de la Sexta.

Después de escuchar su testimonio la Policía mandó al Juzgado de Instrucción de Alzira un informe. En el mismo los investigadores entendían que Anglés podría haber recibido ayuda.

Ahora la jueza ha pedido que el capitán de la embarcación declare.

Declaraciones del capitán:

"Uno de los miembros de la tripulación lo encontró en la cabina de dirección, cerca de la sala de máquinas y lo trajo hasta mí. No hablaba mucho, pensaba que era portugués porque tenía pasaporte portugués y estaba bastante tranquilo, vestido como se puede esperar de un pescador, nada fuera de lo normal." "En un principio, lo encerramos en un cuartucho donde nosotros guardábamos la cerveza, luego lo llevamos a un camarote vacío donde pensábamos que estaría seguro y lo encerramos con llave. Había gente cerca vigilándole, pero en un momento dado se las arregló para salir del camarote y escapó en un bote salvavidas".

"Escapó en una barca hinchable que debió dejar caer al mar desde unos siete metros de altura. Escapó en medio de la bahía de Bizkaia durante la noche cuando la mayoría estábamos durmiendo, fue una locura muy arriesgada. Entonces, emitimos un mensaje de radio a todos los barcos avisando a cualquiera que estuviese en nuestra frecuencia, los franceses mandaron un avión que lo encontró, lo recogió y lo subió de nuevo a bordo". "Después, lo volvimos a meter en el mismo camarote y cerramos las ventanas para que no pudiera abrirlas, también las atrancamos por fuera e hicimos lo mismo con la puerta. Era materialmente imposible que él saliese"..

Fue al llegar a Dublín , cuando informadas las autoridades subieron a bordo para llevárselo, cuando comprobaron que ya no estaba.

"¿Cómo era posible? La madera seguía en la puerta, alguien tuvo que dejarle salir y haber recolocado la madera. No pudo escapar de ese camarote sin ayuda", dijo el capitán.