Aunque la Iglesia está obligada a justificar ante el Estado los ingresos públicos que recibe y que en 207 fueron 268 millones de euros, no lo hace, entregando tan solo “una simple relación de actividades confesionales que no responde a lo realmente acordado de justificar los gastos de los ingresos tributarios recibidos”, señala Europa Laica.
Aclara Euripa Laica l que a Administración no tiene una precisa de a que destina la iglesia ese dinero y si son actividades l confesionales o de carácter mercantil, “que vulneraría la legislación comunitaria sobre la libre concurrencia y las ayudas de Estado”.
Un ejemplo, eserían las millonarias cantidades que la iglesia destina a 13TV y a la Cadena COPE.
El informe del Tribunal de Cuentas “reconoce que la asignación tributaria es una detracción de ingresos del presupuesto general estatal y por tanto no es un impuesto religioso que afecta solo a los católicos sino, que sale de los impuestos de todos los españoles, incluidos los no católicos con lo que seestá vulnerando el principio de aconfesionalidad del Estado”.
Para dicho Tribunal "el superávit que la Iglesia católica declara disponer por esta asignación (15,9 millones en 2017 y 19,3 en 2016) es una señal de que el Estado está financiando a la Iglesia católica a través del IPRF con más dinero de lo que figura en los Acuerdos de 1979 para el adecuado sostenimiento de la iglesia” y alerta que no existe plan alguno por parte de la Iglesia católica para su autofinanciación como se comprometió en los Acuerdos.
En cuanto a las exenciones y beneficios fiscales que disfrutan las confesiones religiosas, constata la ausencia de comprobación segura.
Para Europa Laica, “no existe razón para que el Gobierno progresista PSOE-UP no cumpla con sus promesas electorales y partidarias, y proceda sin más demora, después de más de cuarenta años, a la denuncia y derogación de los Acuerdos de 1979 con la Santa Sede, los existentes con las confesiones minoritarias y cualquier legislación de privilegio, acabando de una vez con este vergonzoso sistema de subvencionar organizaciones privadas con los impuestos de todos, con una Iglesia católica que, de forma arrogante, ni siquiera justifica en qué los emplea”.
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