Quien diga que la justicia es igual para todos, miente. Tal es así que hartos de poner tiritas y silenciar lo que la mayoría de los españoles pensamos, no cabe otra cosa que decir que en España la justicia huele a podrido, que está politizada, que no es independiente y que sacándola de los despachos y llevándola a la calle es "una auténtica mierda".
La igualdad que se le presupone no es cierta, la equidad, es falsa, tal es así que hay jueces y fiscales que actuan más por ideología o por intereses, que por su deber en aplicar una ley, la nuestra, que cada cual interpreta como le conviene.
Si preguntan en la calle, si creen que la infanta es inocente toda vez que un tribunal la absolvió, la gran mayoría dirá que no es inocente.
Si preguntan por la sentencia a Urdangarín, la mayoría coincidirán en que ha recibido un trato de favor.
¿Cómo se puede entender que Oriol Pujol tras la benévola condena a dos años y medio a los dos meses haya quedado en libertad? o que Zaplana en aparente estado terminal, se haya recuperado tan pronto tras quedar libre, o que Jaume Matas ex-president del PP balear y ministro del PP, vaya a cumplir una pena de dos meses por amañar, entre 2005 y 2006, el concurso de la mayor obra pública de Balears, el del hospital de Son Espases, cuya coste superó los mil millones de euros.
No, no es comprensible, es algo injustificable e indignante que ni se debe ni se puede seguir permitiendo.
Los jueces no pueden seguir siendo esos Dioses cuyo credo no se debe cuestionar por miedo a que puedan tomar represalias y te puedan encerrar.
Ayer noche cenamos con la noticia de que Ana Botella fue absuelta por la venta de más de 1.800 viviendas de protección pública a fondos buitre en 2013, cuando era alcaldesa de Madrid. Con que el Tribunal de Cuentas revocaba una sentencia anterior que obligaba a Botella y a siete miembros de su equipo a pagar más de 25 millones de euros al considerar que habían vendido vivienda protegida a fondos buitre por debajo de su precio real y que dicha resolución del Tribunal de Cuentas había salido adelante gracias al voto a favor de dos de los tres miembros que forman la sala del Tribunal. Dos votos a favor que son los de los consejeros propuestos por el PP. ¿ Acaso no resulta vergonzoso?
Que se lo pregunten a esas mil ochoscientas familias que ahora lo sufren.
Y para rizar el rizo de la infamia de esta infame justicia que nos ha tocado en suerte, tenemos además que tragar con que uno de esos miembros de ese Tribunal de Cuentas que han librado a Ana Botella y ha revocado la decisión de otros jueces, haya sido Margarita Mariscal de Gante, exministra del Gobierno de Aznar que parece que esté en el Tribunal de cuentas para favorecer a los suyos, más que para hacer justicia , pues con anterioridad ya absolvió a Alonso y Maroto, miembros ambos, también de su partido.
Ustedes sigan creyendo en la justicia si así lo quieren, yo hace tiempo que dejé de creer.
Gabriel Sánchez
Si (
No(
