Pelotazo del Santander.

El Banco Santander se deshizo ayer del cincuenta y uno por ciento de la cartera de inmuebles que se adjudicara el Banco Popular por créditos fallidos de los promotores. El importe obtenido ha sido de 5.100 millones de euros.

Blackstone se ha hecho por unos 5.100 millones con el 51% de la cartera después de que Bruselas diera el ok a la operación de compra del Banco Popular por parte del Santander el 7 pasado de junio. Esta que ha sido la mayor operación inmobiliaria de la historia ha sido bien recibida por el mercado ya que al Santander le supone quitarse el principal problema que llevó a la quiebra al Banco Popular.

Una jugada maestra de la presidenta del Santander que de esta manera se blinda ante las posibles condenas judiciales o medidas cautelares haciendo inviable la devolución del Popular, un riesgo que sigue estando ahi si el Tribunal de Justicia de la UE o la Audiencia Nacional en España declara la nulidad y en consecuencia la restitución de la propiedad del Popular a sus anteriores accionistas. Así con esta y otras operaciones parecidas, la única opción sería una indemnización dineraria, algo a lo que el Santander estaría dispuesto como mal menor ya que en ningún caso pretende renunciar a los 500 millones anuales que a partir del 2020 obtendría de beneficios y menos aún a tirar a la basura la reciente ampliación de 7.000 millones.

Tras la solicitud por parte de algunos demandantes de la suspensión del proceso de integración como medida cautelar parece llegar tarde. Los demandantes pidieron que se adoptara de forma inmediata, pero Ana Botín se les ha adelantado aprovechando que la sala de la Audiencia Nacional esta de vacaciones y antes de estas rechazara las medidas al no apreciar que concurrieran los requisitos de urgencia máxima que las justificarían. Ahora queda esperar hasta septiembre aunque para entonces ya será demasiado tarde.

Recordemos que a las demandas primeras, aquellas que interponían pequeños accionistas, se han venido sumando otras, estas las de los grandes fondos que han perdido su dinero en los bonos contingentes convertibles del Popular. Entre estos está Pimco que había solicitado al Santander que no llevase a cabo ninguna venta de activos por si era condenado a devolver el banco. En unas declaraciones el abogado de Pimco ya lo dijo: "Cualquier anulación o posibilidad de anulación del Plan de Resolución revertiría legalmente el efecto del Plan de Resolución. La consecuencia de ello sería devolver la propiedad de Banco Popular a sus accionistas originales y restaurar los bonos de nuestros clientes". Esto es algo que el Santander sopesó que sucedería sin embargo tan bien es cierto que está preparado para acometer el pago en indemnizaciones que en principio calculó en 900 millones y que a buen seguro superará los 2.000, algo que no parece preocuparle ya que aunque fuera condenado no tendría que pagar hasta dentro de varios años.

Sin embargo, no todo son parabienes para la entidad que preside Ana Botín si esta operación también tiene consecuencias negativas en los tribunales, ya que da argumentos a las demandas interpuestas por los afectados tienen ahora, más que antes una base jurídica alm ser el valor de la venta muy superior al euro que el Santander pagó para hacerse con el Popular cuando apenas han pasado dos meses de la adquisición.

Como puede observarse la discrección no ha primado en esta operación y ganar tanto dinero de golpe puede traerle problemas al Santander después de que numerosos despachos de abogados hayan interpuesto miles de demandas en los juzgados a las que habrán de sumarse otras que están por llegar.

Aún así , esto era algo para lo que el Santander ya estaba preparado. Ante estas acusaciones la entidad entiende que la compra no se realizó por un euro, argumentando que ha inyectado 7.900 millones como ampliación de capital . Pase lo que pase, si al final pierde estas demandas, tendrá que responder con dinero y no con la devolución del banco a sus antiguos propietarios.