15 de febrero de 2018. Hace una mañana espléndida. El aire es fresco, apenas corre el viento y la mar está calmada. Una brigada de cincuenta marineros descansa a discreción esperando la llegada de los mandos. Frente a los barcos, un grupo de familiares aguarda la despedida. Una niña de dos años no para de sacudir su manita. Adiós papá, adiós papá. Una novia llora la cercana ausencia; las despedidas deben ser de acero.
Varias mujeres han asistido con sus hijos y, como en tantas otras veces, vuelven a comentar que de nuevo quedan solas. Sí, solas; solas para ser madres, para ser padres, compañeras y amigas, para acostumbrarse a la partida, para superar la lejanía. El chifle rinde honores a un comandante que asciende por el portalón. Y, a los pocos segundos, sus palabras abrazan las almas de quienes están diciendo adiós.
El Mediterráneo cuenta con ellos, con hombres y mujeres que, por España, ofrecen lo mejor de sí mismos. Sí, el adiós es de acero, pero las lágrimas son claras. Es un adiós con retorno, le digo a la señora que está a mi izquierda, y ella me responde con un caluroso abrazo. Ha sido un acto en la intimidad, nada de cámaras ni pregones, ni bandas, ni televisiones. Un buque de la Armada parte casi en silencio, y, gracias a ese silencio, me he sentido como en casa. Desde la nave que zarpa se escucha una marcha militar, es “Ganando Barlovento”. El sol, desde su verticalidad, brilla inmensamente en la estela que ya dejan aquellos que regresarán.
Sonia Mª Saavedra de Santiago: PREMIO OROLA 2018
Abogada rotal, profesora de francés, estudiante del Grado de Geografía e Historia. Codirectora de la Revista Prometea. Libros publicados: De ratones y Estrellas, Diario de un preescolar (2012); Saluda a Elvis de mi parte (2016). Relatos y `poemas publicados: Sonidos de Sefarad, Antares y el uso práctico de un libro, Vuelvo a nadar entre letras, En el blanco de un papel, Ayer me dedicaste una sonrisa; Luna de San Fermín, Viva San Fermín, El Jacarandá.
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