Dice Peñafiel, azote de la corona: " Vimos a los reyes eméritos, felices como perdices en el tenis, el funeral de Rubalcaba o en el del Gran Duque de Luxemburgo. Celebrar 57 años casados no comporta una segunda luna de miel, sabiendo cómo las gasta Juan Carlos".
El periodista malageño, antaño amigo de sus reales majestades publica en una columna del digital republica.com, titulada ¿Se están reconciliando Juan Carlos y Sofía?, que los eméritos se llevan mejor porque están unidos por el odio a Letizia. Y califica a Letizia de loca, a Felipe de calzonazos,a Sofía de víctima, y a Juan Carlos como eterno enfadado.
Añade Peñafiel de la humillación pública de Letizia a Sofía aquel domingo de Resurrección en Palma: "Hubo actitud violenta, desprecio a su suegra. Primero empezó a la entrada de la catedral cuando desoyó los ruegos de Felipe pidiéndole esperara a sus padres que la seguían con pasos mas lentos, dadas las dificultades del Rey para andar.“¡Letizia, por favor!” Se le oyó suplicar. Pero no cambió de actitud y pasó de largo. Juan Carlos al ver cómo su hijo Felipe, acobardado por la violencia de Letizia a las puertas de la catedral, no hacia nada, le gritó “¡Esto no se puede tolerar!¡ Hay que hablar!…” El pobre solo se atrevió a decirle a su padre: “¡No es el momento!”.
Con este panorama tan real, resulta evidente que las estampas cariñosas entre los miembros de la Familia Real española, que aparecen en los actos publicos son somple y llanamente paripé.
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