La jueza de Calamocha (Teruel) ha ordenado el ingreso en prisión del párroco de la localidad turolense Báguena para cumplir una pena de 6 meses y 20 días de prisión por acumular hasta cinco delitos contra la seguridad vial, entre otras por conducir bajo los efectos del alcohol.
Según informa el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, de las tres condenasque pesan ya sobre el religioso. La última fue dictada por la instructora de Calamocha a raíz de un accidente sufrido en la localidad por presunta conducción bajo los efectos del alcohol, que supuso la retirada de su carné de conducir.
Con anterioridad, el párroco había sido condenado en abril de 2018 por la jueza de Daroca (Zaragoza) por conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas, momento en que la instructora ya decretó la retirada de su carné.
En junio de 2018, el párroco fue detenido en un control de alcoholemia en Zaragoza y puesto a disposición del juzgado de guardia, cuya titular le condenó por los delitos de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas y con el permiso retirado.
Tras la última detención registrada, en Calamocha, el fiscal solicitó para el párroco su ingreso en prisión por reiteración delictiva, al haber cometido 5 delitos contra la seguridad del tráfico en ocho meses.
En su sentencia, la jueza de Calamocha estableció un plazo de cinco días para que el párroco acuda a la prisión de Teruel. Transcurrido este plazo de tiempo, y ante la no comparecencia del párroco en la prisión, la jueza ordenó su detención y traslado al centro penitenciario, donde ha ingresado para el cumplimiento de la pena impuesta.
Ante esta situación, Antonio Gómez Cantero, obispo de Teruel y Albarracín, hizo pública una carta abierta dirigida a la comunidad en la que les pide “el mayor esfuerzo de madurez y sensatez ante este hecho”.
Y añade: “recemos por él y mostremos la compasión y la misericordia que el Señor pide a sus discípulos. Nunca sabemos lo que Dios nos puede ayudar en situaciones tan preocupantes y tristes. Recemos los unos por los otros”.
Monseñor Gómez Cantero se despide de los feligreses “con dolor y esperanza”.
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