Declaró que tanto él como Heidi recibieron amenazas de muerte por una deuda económica que la pareja habría contraído con la red y aseguró que llegó a temer por la vida de su única hija, según informa El Español. El juez, que encontró incongruencias en este testimonio, le preguntó a Román por qué huyó sin avisar a su hija ni ponerse en contacto con ningún miembro de la familia, a lo que el acusado respondió que no habían denunciado antes por miedo, ya que en la presunta red mafiosa se encontraban implicados agentes corruptos de la Policía Nacional.
Asegura que está "preparando una carta para que puedan identificar y localizar a estas personas", pero antes de entregar ningun tipo de documento, ha solicitado a la jueza que garantice la seguridad de su familia y sobre todo de su hija.
El testimonio de un taxista ha sido clave para afianzar la postura de Román como principal sospechoso del asesinato de Heidi Paz. El testigo asegura haberle llevado en taxi hasta la nave industrial donde apareció el cuerpo de la joven días después y afirma que César Román llevaba una maleta idéntica a la que contenía el cuerpo. Además, una tendera confirma esta versión al describirle cerca de su casa con la misma maleta.
'El Rey del Cachopo' mantuvo que el equipaje contenía documentos que guardaba en un local próximo a la nave industrial y de los que la Policía no ha podido aún encontrar rastro. Lo que sí han podido encontrar los agentes han sido las huellas de Román en un bote de sosa caústica, sustancia con la que presuntamente habría rociado el cuerpo de la víctima tras su asesinato. En cuanto a estos indicios, el acusado sostuvo que sí los tocó aunque con anterioridad a la muerte de Heidi, mientras participaba en las labores de limpieza del local que había alquilado.
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