Esta vez sí, Susana Díaz ya sabe donde está la puerta de salida, aquella que le indicaron la misma noche electoral del 2 de diciembre.

Entonces había prisa y en Ferraz tuvieron que dar marcha atrás, convenia no precipitarse y esperar. Después, esperaban la dimisión de la presidenta en funciones, pero esta, no solo no está dispuesta a irse, sino que de hacerlo, lo hará matando. No contaron con que la líder andaluza se replegaría sobre sí misma apoyada por sus filas, gente cercana a los que les va el sueldo en la marcha de Susana.

Entonces la presión interna de los barones territoriales obligaron a Sánchez a recapacitar para no abrir una nueva guerra, ahora la situación es distinta, distintas agrupaciones Andaluzas ya, se han pronunciado en contra de Susana.

Hace unos días la andaluza sacó pecho con el tema catalán pero también han sacado pecho los sanchistas exigiendo que se vaya y hasta diciéndole que calladita esta mejor que pinchando.

Lo que parece claro, es que en el Palacio de San Telmo ya saben que el cambio será efectivo a pesar de la presidenta en funciones trata de blindarse ante cualquier movimiento desde Madrid.

Díaz ha confirmado su intención de aferrarse al asiento, presentándose a la investidura de la nueva legislatura, refugiada en la legitimidad que le otorgan ser la fuerza más votada, un millón de andaluces aunque 400.000 menos de los que votaron al psoe en las anteriores autonómicas.

Pero aunque no quieran oirlo en San Telmo suena el nombre de María Jesús Montero para sustituir a Susana Díaz.

La titular de Hacienda calla de momento. Aunque su futuro está por ahora vinculado al Ministerio, donde trabaja para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado de 2019, muy posiblemente tenga que volver a Andalucía para unir las piezasd de un Psoe dividido.

Los sanchistas,siguen confiando en que Susana caerá como fruta madura sin necesidad de tocarla, pero sus cercanos aseguran que no lo hará. No conviene, ¿ a donde va? fuera de la política Susana , no es nada.