Washington con Rusia se encuentra en un "mínimo histórico y muy peligroso"

Esto dicho por el presidente estadounidense, Donald Trump, resulta preocupante, más si cabe después de culpar al Congreso de la situación un día después de que firmara a regañadientes y de forma abrumadora sanciones contra Moscú.

"Deseo mejorar las relaciones con Rusia" dijo tras verse obligado a firmar el proyecto de ley el pasado miércoles, tras criticar enérgicamente la medida, que permite al Congreso que Trump no pueda rebajar las sanciones contra Rusia, anulando así los poderes presidenciales en política exterior y ante lo que Rusia respondió diciendo que las sanciones aprobadas por el congreso estadounidense "equivalen a una guerra comercial a gran escala y el fin de las esperanzas de mejorar las relaciones con el gobierno americano".

El poder de Trump se ha visto coartado no solo por los miembros de la oposición Demócrata, también por miembros de su propio partido que no ven con buenos ojos lo de tener mejores relaciones con Moscú después de las conclusiones a las que han llegado las agencias de inteligencia de Estados Unidos, al confirmar que el Gobierno del presidente Vladimir Putin interfirió en la campaña presidencial estadounidense de 2016. Así Trump lo tiene cada día más difícil. Más si cabe cuando varias Comisiones del Congreso de EEUU y un abogado especial están investigando el tema que Moscú niega, asegurando que no ha habido intromisión alguna, de igual manera que lo hace Trump negando su connivencia con Putin durante su campaña.

Las nuevas sanciones para castigar a Rusia por la interferencia electoral y la anexión de Crimea en 2014 han unido a republicanos y demócratas en contra de Trump, sentando un precedente que nunca hasta ahora se había dado, pone contra las cuerdas al que parecía ser el mandatario más poderoso del mundo.