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SIN FISCALIDAD SUFICIENTE Y PROGRESIVA: NO HABRA EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS Y LAS LIBERTADES.

SIN FISCALIDAD SUFICIENTE Y PROGRESIVA: NO HABRA EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS Y LAS LIBERTADES.

miércoles 10 de octubre de 2018, 21:13h

Yo creo, que desde que los impuestos formaron parte importante para la organización de nuestras sociedades, y estos iban subiendo por decisión exclusiva de los Gobiernos de turno. El dilema, sobre si la subida ó la bajada de impuestos era una medida propia de la Izquierda ó de la Derecha, ha estado en el candelero político.

Pero la experiencia empirica nos ha demostrado que, las alegrías siempre han venido indudablemente de aquellos que se beneficiaban cuando les reducían la presión fiscal ó protestaban y las admitían a regañadientes si consideraban que les perjudicaba. Normal hasta aquí.

Pero veamos: En general, son las ámbitos de los sectores del mundo inversor, y los sectores financieros como los bancos, y las grandes corporaciones empresariales a quienes los Gobiernos conservadores de derechas, les favorecen con una política fiscal, consentidora de los grandes beneficios con impuestos condicionados únicamente a mejorarlos, ó ampliándolos, en muchos casos.

Y por el lado opuesto, es decir desde Gobiernos socialdemócratas y de izquierdas, la tendencia siempre ha sido la de una política fiscal, como, un factor clave para la organización del espacio público. Y para ello se desgrava en productos y servicios de uso popular para facilitar el mantenimiento del consumo, por un lado, y por otro aplica una política fiscal más agresiva a los beneficios y transacciones financieras, y de las grandes Empresas, en función de los recursos que se requieran para que las instituciones cumplan sus fines adecuadamente, y que además de los medios, determinen el cómo, cuándo y de quien hay que obtenerlos.

Esa es a mi juicio, la mejor política fiscal que se puede hacer desde un proyecto socialdemócrata. Y esa es la política fiscal que entiendo ha emprendido Pedro Sanchez y su Gobierno de Izquierdas con la elaboración de los Presupuestos para 2019, donde la participación y apoyo de Pablo Iglesias a los mismos, está encontrando diferencias que, las ha habido, y las siguen habiendo hasta el 15 de los corrientes, que es la fecha donde se deben entregar a Bruselas para su aprobación.

Yo espero que el sentido común se imponga, y haya un acuerdo capaz de ser aprobado en Bruselas. Porque siempre será mejor, que las negociaciones entre Pedro y Pablo, culminen en acuerdo aunque Pablo Iglesias considere que las exigencias verbales de Podemos que vienen manifestando, sean las que les aporten mas réditos electorales, que el, acuerdo con el Gobierno.

Las diferencias entre ambas alternativas, - derecha e izquierda - en materia fiscal, han sido y siguen siendo motivo de la controversia política iniciada en el Siglo XX, y del debate social y de posicionamientos políticos diversos en este siglo XXI.

Y es que, a mi juicio, tras la Caída del Muro de Berlín y el aceleramiento de la globalización, las ideas más liberales y conservadoras se han venido imponiendo como una especie de “Dogma incontestado e invariable”. Ha parecido, como si determinadas políticas fiscales, no fueran ya de derechas o de izquierdas, sino simplemente correctas ó incorrectas. Y desde los años 80, la izquierda ha ido cediendo espacio ideológico y político a la derecha en materia fiscal.

Ahora que la economía se recupera, pero los perdedores de la crisis seguimos ahí. Porque somos, el 20% más pobre de la población. Pero se trata de que la crisis, que ha tenido al mismo tiempo unos ganadores indiscutibles. El 10% de la población española más rica ha pasado de acumular un 44% de la riqueza neta total en 2008, al 53% según un estudio del Banco de España.

Esos datos, han puesto de manifiesto el aumento pues, de las desigualdades, que han sido una de las peores secuelas de la crisis y constituye el desafío más serio del actual sistema económico.

Y para reducir esas desigualdades, el economista Thomas Piketty en su libro “El capital del Siglo XXI” propugna entre otras recetas, un impuesto a las rentas altas (más de 500,000 euros) con un tipo del, 80%.

Bueno esas propuestas no son nada nuevo, ya que en EE.UU, los Presidentes Demócratas Roosevelt y Truman, incluso el, Republicano Eisenhower elevaron y mantuvieron el tipo máximo del impuesto sobre la renta por encima del 90% entre las décadas de los 40 y los 60 del siglo pasado.

Pero lo que demostraron aquellos hechos, es que las políticas fiscales progresistas y solidarias de la posguerra en aquellos países permitieron recaudar fondos para crear servicios sociales, compensar las desigualdades generadas por el sistema y cohesionar la sociedad. Fueron los mejores años en todos los aspectos.

Ahora, la gran diferencia que se ha constatado entre la Gran Depresión y la crisis actual, no ha sido tanto la profundidad de los daños causados, sino el distinto tratamiento empleado por los políticos para remediarlos.

Y ahora, aun tenemos lamentablemente las campañas públicas contra la imposición a la riqueza, que son tan permanentes como agresivas. Sus promotores señalan a la imposición sobre el patrimonio ó las herencias, como un artilugio cuasi inmoral y antinatural, que perjudica incluso a las familias más humildes.

Son sin embargo, las familias humildes las que están exentas normativamente del pago de estos impuestos para ricos, como es obvio, y nada hay más razonable y justo, que acudir allí donde se acumula la riqueza, para proporcionar recursos a la caja destinada al bien común.

Por eso la izquierda Europea, debe impulsar una nueva cultura fiscal, basada en la convicción de que una fiscalidad suficiente y justa, constituye el menor instrumento para alcanzar una sociedad justa y realmente equitativa.

Porque vivimos una era, donde un puñado de gigantes tecnológicos y sus dueños, son “Los poderosos ricos” de naciones enteras del Planeta. Son los tiempos de “Jauja” para ellos, con los paraísos fiscales, el secreto bancario, el fraude y la inhibición fiscal de las grandes corporaciones.

Y es con eso en España, con lo que hay que acabar desde el proyecto socialdemócrata de izquierdas y progresista que lidera Perdo Sánchez como Presidente del Gobierno Socialista en su empeño de Gobernar, a pesar del ruido de los que no tienen política, como el PP de Casado y Ciudadanos de Rivera, en ningún caso, ni para diferenciarse de VOX la ultraderecha que se apresta a ocupar algún escaño en el próximo Parlamento de la Carrera de San Jerónimo.

“Porque sin una fiscalidad, suficiente y progresiva, no será posible el ejercicio de los Derechos y Libertades”.

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